Zahar parpadeó por un momento, y cuando abrió los ojos se encontró con la cama vacía, ella se sentó viendo el reloj, que ya daban las cinco de la tarde y se levantó espantada.¿Cómo había dormido tanto?Observó a todas partes y se levantó caminando descalza por toda la suite, y una caja roja, le llamó la atención en centro de la mesa, donde había estado con Kereem ayer.Ella se dirigió al lugar y la abrió. Había una caja de teléfono, y una nota.“Tu primer teléfono, es un paso… nos vemos esta noche, será una buena despedida”Un trago duro pasó por su garganta. Sabía que Kereem era un hombre de palabra, y por eso había confiado en él. Sabía que también le estaba doliendo, solo que él era así, un hombre duro. Girándose, también frunció el ceño viendo otras bolsas de papel en las sillas. Sacó un vestido y unas sandalias, y luego soltó el aire sabiendo que este hombre estaba loco.Revisó el teléfono, y encontró el único contacto, y lo marcó yéndose con las cosas a la habitación.—Hola, d
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