El asedio era brutal. Desde las murallas de Villa Simón, las ballestas apuntaban a las tropas enemigas, así que volvieron a recurrir a su estrategia anterior: enviar a los guerreros más ágiles a escalar las murallas. Pero esta vez, los defensores habían reforzado y elevado las murallas en apenas diez días, añadiendo un metro de altura. Ahora, solo unos pocos, como el Rey Benito, Isabella, y Estrella, podían alcanzar la cima.El General Sebastián intentó varias veces escalar, dando lo mejor de sí, pero apenas lograba llegar cuando una lanza enemiga lo derribaba. Al verlo caer, Estrella lanzó una patada a su atacante, y con un movimiento rápido, lanzó su látigo, atrapando al general y arrastrándolo hacia la seguridad de la muralla.Al salvar al general, Estrella dejó un hueco en la defensa. Luna intervino rápidamente, protegiéndola con su cuerpo y defendiéndose de las lanzas que se acercaban.Isabella y el Rey Benito, entre la multitud de enemigos, destruyeron dos máquinas de ballesta, y
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