Capítulo 56 —Nueva conquistaGinebra:Al otro día, con la mortificación agitando mi ser, apenas amaneció me marché a la empresa, y siendo recibida, escuché—Buen día, señorita LeBlancSiguiéndome de cerca, Marcela, mientras caminaba al elevador, inició la lectura del itinerario del día, y deteniendo mi andar un tanto ansiosa, le pedí.—Marcela, llámame Ginebra… Tenemos mucho tiempo trabajando juntas, y creo que las formalidades deben quedar a un lado. ¿Entendido? —La chica, un poco asustadiza, solo agitó su cabeza. Creo que, un poco desconcertada por mi repentino actuar, e interrumpiéndola de nuevo, le pregunté —Otra cosa ¿Robledo ya llegó?La pregunta era un tanto absurda, al tratarse de él, Robledo era un verdadero fanático al trabajo, era el primero en llegar, y el último en marcharse, por lo que era de esperarse que ya se hallara en el edificio. Finalizando parte de los pendientes de la mañana, terminé de revisar un par de informes contables, y decidiendo llevárselo por mi propia
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