Capítulo 57 —No es justoGinebra:Permaneciendo de la misma forma aferrada a su cuerpo, con mi rostro metido en su pecho; Jordán pregunto al ver que no me separaba de él.—Gin ¿Sucede algo? —Y es que no podía hacerlo sintiéndome entre la espada, y la pared —Gin, me empiezas a preocuparTomándome de los hombros, él se separó levemente para mirarme a la cara, y bajando mi vista, exhalé parte de mi aire, antes de tirar de su mano, y tomar asiento en uno de los sofás en mi oficina.—No lo estoy, Jordan. Está sucediendo algo que me tiene preocupada —Mirándolo a los ojos, dije temerosa. Lo menos que deseaba era otro malentendido entre nosotros, por lo que era mejor que supiera lo que estaba sucediendo de mí, y no de alguien más. Dejándose ver un poco descolocado por mi respuesta, él tomó mis manos con delicadeza, y depositando un casto beso en una de ellas, me hizo saber que podía confiar en él —Mi madre piensa que tengo un romance con Robledo… Que la noche que salimos del desfile me fui co
Capítulo 58 —Un amante furtivo Jordan:Por fin se habían aclarado las cosas con Ginebra, eso era algo que me hacía sentir muy aliviado. Sin embargo, había algo más que tenía que resolver. Cuando vi a Robledo irse a toda marcha, supe que debía hablar con él en algún momento. Nuestra relación tenía que ser un secreto; ahora que él sabía la verdad, era momento de enfrentar las consecuencias. Y Ginebra, contándome los planes de nuestros padres para emparejarla con él, tenía que hacer algo, pero con prudencia, no podía estropear lo que apenas estaba comenzando. Por lo que fui a las oficinas LeBlanc y llegué hasta su oficina, donde lo encontré trabajando en su escritorio. Toqué suavemente la puerta antes de entrar.—Fernando, ¿tienes un minuto? —pregunté, intentando mantener un tono casual.Él levantó la vista, con una expresión que mezclaba sorpresa y curiosidad.—Adelante, Jordan, claro que sí, para ti, si no lo tengo, me lo hago —dijo, dejando de lado sus documentos.Me acerqué y me sen
Capítulo 59 —El hombre idealJordan:Al separarnos, me bajé del capot y le extendí la mano.—Ven, quiero llevarte a un sitio —al ver el brillo en sus ojos, supe que estaba malinterpretando mis palabras —es un lugar que amo, que nunca he llevado a nadie y realmente quiero ir contigo.Asintió con la cabeza, tomó mi mano, y se dejó llevar hasta el coche. Lo puse en marcha y llegamos a la cabaña, después de una corta y tranquila conducción bajo el cielo estrellado. La cabaña estaba aislada, rodeada por la serenidad de la naturaleza nocturna. Tomé la mano de Ginebra mientras la guiaba hacia la puerta, sintiendo la electricidad de la anticipación en el aire.—Es hermosa, Jordan —dijo Ginebra con una sonrisa que iluminaba más que las luces del camino.—Me alegra que te guste, pertenecía a mi abuelo y veníamos de chicos aquí —respondí, apretando suavemente su mano. Abrí la puerta y la cálida luz de la chimenea encendida nos recibió. Había pasado horas preparando todo; velas distribuidas estra
Capítulo 60 —Mi vida… un caosJordan: Aunque tenía muy en claro de que ella se iba a negar a fugarse conmigo, no por eso dolió menos, pues albergaba una mínima esperanza de estar equivocado. Pero eso no sucedió. Así que tendría que aprender aceptar que, tal vez, a mí me interesaba más Ginebra de lo que le interesaba a ella, porque de haber sido la proposición al revés, yo no hubiera dudado ni un segundo en aceptar, hacer las maletas y coger el avión. Pero no podía culparla, ella tenía su vida estructurada, a diferencia de la mía.—Así que a ti te gusta el otro Jordan… —sonreí, mientras mi cabeza se llenaba de ideas lujuriosas para poner en práctica —espérame aquí, enseguida vuelvo —Ella no decía nada Solo me miraba con atención, así que me puse los pantalones y fui hasta el coche. Yo siempre tenía algún juguete guardado, pero esta vez en particular, tenía el que le hice usar la noche del casamiento de su amiga —mira a quién te traje… —le dije al volver y mostrarle el vibrador.—¡No t
Capítulo 61 —No todo se trata de miJordan:Casi nunca discutía con Eli, pero ese día lo hicimos y de una manera bastante fuerte. Quedé sumamente enojado con la situación, más allá, que no fue una sorpresa para mí. Por lo que decidí ir a hablar con mi amigo respecto a eso. Llegué a la casa de Patricio lleno de enojo. Sabía que estaba aquí, como siempre, disfrutando de su vida sin preocupaciones, viviendo del dinero de sus padres. Apenas golpeé la puerta, él la abrió con una sonrisa despreocupada que rápidamente se desvaneció al ver mi expresión.—Jordan, ¿qué pasa? —preguntó, notando inmediatamente que algo no estaba bien.—Necesitamos hablar, Patricio —dije con un tono que dejaba claro que no estaba de humor para rodeos.Entré sin esperar una invitación y me dirigí a la sala. Patricio cerró la puerta y me siguió, todavía con esa actitud despreocupada que siempre parecía tener.—¿De qué quieres hablar? —dijo mientras se dejaba caer en el sofá, como si nada en el mundo pudiera afectarl
Capítulo 62 —AgobiadoNarrador:Él pasó gran parte del día sumergido en el trabajo, los ojos de Jordan necesitaban un descanso tras horas, y horas de revisión sin darse un respiro. En donde, después de seguir investigando el paradero de las misteriosas telas, descubrió que quien las ordenó, fue Robledo. Colocándose de pie, Jordán se limitó a caminar por la oficina, en busca de aire que lo ayudara a pensar con claridad, y al llegar al ventanal, el cual le brindaba una hermosa vista a la ciudad, permaneció allí observando su esplendor hasta que a su mente llegó todo lo sucedido con Eli y Patricio.—Debo continuar…Deseando distraerse, y canalizar sus energías en los diseños previamente realizados, regresó a su lugar, y decidiendo llamar a Fernando, así que cogió su teléfono y marcó su contacto, pero se encontró con la desagradable noticia de que se hallaba en un viaje de negocios de último momento de industrias LeBlanc, y que no regresaría a la ciudad hasta el anochecer. Continuó centrá
Capítulo 63 — LímitesGinebraDescendiendo del auto apenas llegamos a nuestro destino, libere una bocanada de aire al tomar el teléfono en mis manos, y notar que la batería de esté había muerto, con lo ocupada que estuve el día anterior con la exportación de los árabes, olvidé ponerlo a cargar, y ahora ese descuido me estaba pasando factura. Desafortunadamente por cuestiones de trabajo, una negociación salió a último momento, y viajando al lugar previsto, me sentí asfixiada al no poder hablar con Jordan; solo logré antes de salir dejarle un pequeño mensaje en donde le decía que no podría verlo, pero solo eso, lo menos que deseaba era que se preocupara por mí.—El señor McCormick nos está esperando, mejor entremos.Sacándome de mis pensamientos, a mis espaldas, escuché la voz de Robledo, quien acababa de dejar su auto, y sonriendo de manera forzada, resignada a no saber de él hasta regresar, emprendí mi caminata al interior.—Señorita LeBlanc, un placer Dominic —Estrechando mi mano, un
Capítulo 64 —Reuniendo pruebasJordan:Sentado en mi oficina, al principio me sentí aliviado con la explicación de mi padre sobre las telas faltantes. Su razonamiento tenía sentido; errores en el sistema ocurren, facturas que no se dan de baja, confusiones en la contabilidad. Sin embargo, a medida que pasaban los minutos, la inquietud comenzó a arraigarse en mi mente. Este tipo de errores no deberían pasar con la frecuencia suficiente como para ser considerados normales.—Si esto ya ha pasado más de una vez, puede que haya un patrón... —murmuré para mí mismo, tamborileando los dedos en mi escritorio.La idea de que alguien en la empresa estuviera cometiendo errores a propósito me puso en alerta. No podía permitirme ser ingenuo; si alguien estaba haciendo las cosas mal adrede, debía averiguarlo. Y lo primero que vino a mi mente fue Robledo. Era él quien autorizaba las facturas y los pagos. Aunque los pagos los autorizaba mi padre, Oliver, Robledo, era quien recibía la mercancía, o al m