Capítulo 61 —No todo se trata de miJordan:Casi nunca discutía con Eli, pero ese día lo hicimos y de una manera bastante fuerte. Quedé sumamente enojado con la situación, más allá, que no fue una sorpresa para mí. Por lo que decidí ir a hablar con mi amigo respecto a eso. Llegué a la casa de Patricio lleno de enojo. Sabía que estaba aquí, como siempre, disfrutando de su vida sin preocupaciones, viviendo del dinero de sus padres. Apenas golpeé la puerta, él la abrió con una sonrisa despreocupada que rápidamente se desvaneció al ver mi expresión.—Jordan, ¿qué pasa? —preguntó, notando inmediatamente que algo no estaba bien.—Necesitamos hablar, Patricio —dije con un tono que dejaba claro que no estaba de humor para rodeos.Entré sin esperar una invitación y me dirigí a la sala. Patricio cerró la puerta y me siguió, todavía con esa actitud despreocupada que siempre parecía tener.—¿De qué quieres hablar? —dijo mientras se dejaba caer en el sofá, como si nada en el mundo pudiera afectarl
Capítulo 62 —AgobiadoNarrador:Él pasó gran parte del día sumergido en el trabajo, los ojos de Jordan necesitaban un descanso tras horas, y horas de revisión sin darse un respiro. En donde, después de seguir investigando el paradero de las misteriosas telas, descubrió que quien las ordenó, fue Robledo. Colocándose de pie, Jordán se limitó a caminar por la oficina, en busca de aire que lo ayudara a pensar con claridad, y al llegar al ventanal, el cual le brindaba una hermosa vista a la ciudad, permaneció allí observando su esplendor hasta que a su mente llegó todo lo sucedido con Eli y Patricio.—Debo continuar…Deseando distraerse, y canalizar sus energías en los diseños previamente realizados, regresó a su lugar, y decidiendo llamar a Fernando, así que cogió su teléfono y marcó su contacto, pero se encontró con la desagradable noticia de que se hallaba en un viaje de negocios de último momento de industrias LeBlanc, y que no regresaría a la ciudad hasta el anochecer. Continuó centrá
Capítulo 63 — LímitesGinebraDescendiendo del auto apenas llegamos a nuestro destino, libere una bocanada de aire al tomar el teléfono en mis manos, y notar que la batería de esté había muerto, con lo ocupada que estuve el día anterior con la exportación de los árabes, olvidé ponerlo a cargar, y ahora ese descuido me estaba pasando factura. Desafortunadamente por cuestiones de trabajo, una negociación salió a último momento, y viajando al lugar previsto, me sentí asfixiada al no poder hablar con Jordan; solo logré antes de salir dejarle un pequeño mensaje en donde le decía que no podría verlo, pero solo eso, lo menos que deseaba era que se preocupara por mí.—El señor McCormick nos está esperando, mejor entremos.Sacándome de mis pensamientos, a mis espaldas, escuché la voz de Robledo, quien acababa de dejar su auto, y sonriendo de manera forzada, resignada a no saber de él hasta regresar, emprendí mi caminata al interior.—Señorita LeBlanc, un placer Dominic —Estrechando mi mano, un
Capítulo 64 —Reuniendo pruebasJordan:Sentado en mi oficina, al principio me sentí aliviado con la explicación de mi padre sobre las telas faltantes. Su razonamiento tenía sentido; errores en el sistema ocurren, facturas que no se dan de baja, confusiones en la contabilidad. Sin embargo, a medida que pasaban los minutos, la inquietud comenzó a arraigarse en mi mente. Este tipo de errores no deberían pasar con la frecuencia suficiente como para ser considerados normales.—Si esto ya ha pasado más de una vez, puede que haya un patrón... —murmuré para mí mismo, tamborileando los dedos en mi escritorio.La idea de que alguien en la empresa estuviera cometiendo errores a propósito me puso en alerta. No podía permitirme ser ingenuo; si alguien estaba haciendo las cosas mal adrede, debía averiguarlo. Y lo primero que vino a mi mente fue Robledo. Era él quien autorizaba las facturas y los pagos. Aunque los pagos los autorizaba mi padre, Oliver, Robledo, era quien recibía la mercancía, o al m
Capítulo 65 —Sospechoso.Narrador:Iniciando el día con una movida junta, Jordan se preparaba para regresar a su oficina cuando decidió desviarse un poco de su camino para ir por un vaso de café; con la exhaustiva investigación realizada la noche anterior, no fue mucho lo que logró descansar, por lo que para despertar un poco, prefirió tomar algo.—Responde Gin —Sacando el teléfono de su bolsillo, después de no saber de ella la noche anterior, decidió llamarla para saber cómo se hallaba, y escuchando que estaba fuera del área de servicio, no tuvo otra salida que desistir —Gracias… —Tomando el vaso, Jordán procedió a girar sobre sus pies, y preparándose para continuar revisando un par de informes, caminó a su oficina, hallando a su asistente hablando con un caballero, quien lucía un poco molesto —¿Qué sucede, Aurora? ¿En qué puedo servirle?Acercándose a ella, deseando conocer la incomodidad del hombre, Jordan preguntó, y rodeando el escritorio para colocarse a su lado, su asistente le
Capítulo 66 —Todo tan blanco y negro.Jordan:Al día siguiente, después de una noche de sueño intranquilo, decidí que era el momento de actuar. Pues, no solo había encontrado irregularidades en la empresa, responsabilidad de Fernando, sino que ahora la policía lo estaba investigando por la dudosa muerte de su esposa. Con respecto a esto último, tenía en claro que no podía hacer demasiado, porque obstaculizar la investigación; no era una opción, pues de ser culpable, no facilitaría su absolución entorpeciéndola. Así que decidí ir por lo que sí podía, que era la parte de lo que correspondía a la empresa Sinclair. Sabía que necesitaba respuestas y que no tenía otra opción más que ir, directamente al banco y solicitar los informes de pago. Por lo que fui en persona. Al llegar al banco, me dirigí directamente a la oficina del gerente. Después de explicar la situación y mi necesidad de ver los informes de pago, el gerente me miró con una expresión de disculpa.—Lo siento, señor Sinclair —di
Capítulo 67 —Psiquiatra. Jordan:Luego del almuerzo y sin preguntarle, me la llevé para la cabaña. Necesitaba estar con ella y hacerle sentir cuando la había extrañado y cuán feliz me hacía, que estuviera en mi vida. Al llegar, ni bien entramos, nos fundimos en un beso, pero no cualquier beso, sino esos que te hacen sentir que te arrancan la columna vertebral y te patean las rodillas, esos que te dejan sin respiración y con el corazón palpitando a mil, mientras se hincha y también palpita mi miem*bro dentro de mi pantalón, queriendo salir para meterse dentro de ella, sí perder el tiempo. Pero no iba a ser así, iba a ser lento y sufrido, quería que rogara por correrse, tal y como me gustaba, iba a suplicar por llegar al clí*max. Pero mis planes se fueron al carajo cuando ella apoyo su mano, directamente mi entrepierna y apretó mi falo, con toda la fuerza que tenía, generando en mí; una mezcla de dolor y excitación, que hizo que separara mi boca de la suya y gruñera como si fuera un pe
Capítulo 68 —Es ciertoGinebraLlegando el otro día temprano en la empresa, caminé por el lobby hasta el ascensor con algo de prisa, y pidiéndole a Marcela no ser molestada por nadie, especialmente por Robledo si se atrevía a buscarme; me sumergí en el trabajo con el fin de olvidarme de todos los asuntos que me estaban agobiando.—¿Podrías, por favor, traer los nuevos modelos de lencería? Quiero revisar un par de detalles.Regresando hasta el lugar de trabajo de Marcela, me quedé encantada al hallar un enorme arreglo de rosas rojas, acompañado por una caja de chocolate, sobre su escritorio, y colocándose de pies. Después de regalarme una sonrisa, ella solo me respondió.—Acaba de llegar, justo iba a entregárselo... Es para usted, no he leído la tarjeta.Pensando que se podría tratar de un regalo de Jordan, como una disculpa por la escena de celos de la noche anterior, sentí mi corazón agitarse, y tomando la tarjeta entre mis manos un poco más serena; me llevé la amarga decepción al ve