— ¿Qué? Tienes que escucharme, no puedes firmar con ellos, me has traído para qué te aconsejará, pues he aquí mi puto consejo, no puedes trabajar con esta mujer, sé que te encantan las caras bonitas, pero eso no es suficiente — Esto es increíble, el muy idiota ahora está insultándome olímpicamente. — Por lo menos no soy rubia — respondo llena de ira. — Por supuesto, niñata, que tendrías que ser una chica prepotente, insultas a las mujeres — ¡Voy a matarlo!— Lo de rubia lo he dicho por ti, imbécil, — Lo empujo con fuerza — No necesito de tu opinión o tu aprobación para demostrar lo buena que soy en mi trabajo — Me vuelvo hacia mi padre, pero antes de que pueda hablar, siento como una mano tira de mi brazo. — No vas a faltarme al respeto de esta manera, niñata — Nuestros cuerpos se aproximan y siento unas ganas inmensas de besarlo, ¿Qué me pasa?Siento como desliza suavemente su mano por mi espalda, hasta detenerse en mi cintura. Mi corazón late con fuerza y de un momento a otro, mi
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