Capítulo 25. Una visita inesperada
Los días siguientes fueron de locos entre más ropa, zapatos, la peluquería y joyas… muchas para su gusto, Damián le ha conseguido un apartamento bellísimo, amoblado con un gusto exquisito y las vistas… ¡Uff!— ¡Es precioso! – cubre su boca con las manos mientras el hombre teclea en su teléfono y gruñe como perro — ¿qué sucede? – la mira y sonríe preocupado observándola con la cabeza ladeada — ¿qué, tengo un grano o algo? – niega.— Almorzaremos con unos socios de la empresa, mi madre, el abuelo y una prima que es un grano, pero el culo – ella sonríe sin dar crédito a lo que acaba de escuchar, Damián cae sentado en sofá restregándose la cara — esto es obra de mi madre, de seguro ya sabe lo que paso con Gretta y está molesta – refunfuña.— O simplemente es una cena de negocios sin trucos – dice para calmarlo.— Es un almuerzo Lea, no una cena – pero ella se encuentra aturdida mirando el trozo de piel que se expone al estar abierta su camisa y él lo nota — ¡eh tú, pervertida! – lo
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