Camilo no podía creer que Macarena siguiera siendo tan estupia.Marianela, muy molesta, le dijo:—¿Para qué fuiste a buscar a Marina? No puedes evitar disculparte, pero es a Yolanda a quien debes pedirle perdón realmente, no a Marina.Yolanda era la tercera esposa de Armando Herrera y, además, prima lejana de Diego. Sólo de pensar en todo esto, a Marianela le daba dolor de cabeza.¿Por qué no se quedaban tranquilamente en Estelaria? ¿Qué tenían que venir a hacer aquí?Noemí se frotó por un instante la frente, agotada:—Milo, si Maca no quiere comportarse, mándala por fuera del país.Noemí también adoraba a Macarena, pero sentía que le faltaba mucha madurez. Creía que enviarla al extranjero podría ayudarla a crecer en todos los ámbitos.Macarena, sin embargo, solo pensaba que su abuela definitivamente ya no la quería:—Abuela, ¿cómo puedes querer más a una extraña como Marina que a mí, tu propia nieta?—¡Basta! Si no vas a disculparte, esta misma noche te mando fuera del país. —Camilo h
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