Mi cabeza duele mucho, trato de enfocarme, de reconocer donde estoy, y recordar lo que pasó. Me fijo que estoy en una habitación que no parece para nada la mía. Aunque me guste lo insípido, es demasiado blanco y todo lo que hay se asemeja a un cuarto de hospital.Hay alguien de pie. Lo veo borroso, parpadeo varias veces cuando camina hacia mí, se acerca y seguido siento como toma mis mejillas. No hay presión, lo hace con delicadeza.―Parece que fue, al contrario, soy lo primero que vas a ver ―dice, sin embargo, su voz grave y su rostro sereno se muestran como una contradicción.No parece feliz de verme así, aunque yo tampoco esperaba estar en esta situación.―Ju…lian ―pronuncio cuando logro ver su rostro, sintiendo un poco de alegría―, ¿por qué estás aquí?De verdad que me sorprende cuando su aviso es que volvería hasta la siguiente semana. Sin embargo, no me quejo por verlo antes de lo esperado.―Qué crees ―responde con sorna, y entonces a
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