Inicio / Romántica / Esposo prohibido / Capítulo 31 - Capítulo 40
Todos los capítulos de Esposo prohibido : Capítulo 31 - Capítulo 40
102 chapters
El secreto de la carta de mi padre
El Secreto en la Carta de mi PadreSin lugar a dudas, aquel día había sido un verdadero torbellino de emociones. Me enfrentaba a un hombre que creía conocer, pero que en realidad siempre había sido un lobo disfrazado de oveja. Su encantadora personalidad nos había engañado a todos, especialmente a mi padre.Nelson salió de la habitación, dejándome en claro que estaba dispuesto a que yo fuera su mujer a cualquier precio. Su interés no era tanto en mi fortuna como en que cumpliera con el papel de esposa. Para él, esto se había convertido en una obsesión. No podía aceptar que le hubiera sido infiel, aunque durante todo nuestro compromiso, yo nunca quise entregarme a él.Estaba claro para mí que Nelson nunca me amó. Su orgullo herido y machista lo impulsaba a quererme, pero también a vengarse por completo de Luis José.Después de que Nelson salió de la habitación, me senté en la cama y comencé a llorar. Había contenido mis lágrimas durante mucho tiempo para no mostrar debilidad frente a m
Leer más
Dejando el pasado atrás
Me sentía nerviosa y con un nudo en el estómago al imaginar mi encuentro con Luis José. Esta vez sería diferente: estaba dispuesta a luchar por su amor y, sobre todo, a asegurar que mi hijo creciera junto a su verdadero padre.Ya en la clínica, me dirigí al consultorio de Luis José. La sorpresa que le tenía preparada no se la imaginaba. Sin anunciar mi presencia, abrí la puerta y me quedé sin aliento al encontrarme la peor escena que pudieron ver mis ojos. Luis José y mi hermana Abril, estaban envueltos en una pasión prohibida sobre el escritorio. El mundo se desmoronó a mi alrededor, destruyendo todas las esperanzas que había puesto de nuevo en salvar esta relación. Luis José, lleno de vergüenza, fue el primero en reaccionar al verme: —¡Santo cielos, Ana Paula! Esto no debió pasar. Abril, me miró con cinismo, y su expresión denotando burla y satisfacción. En ese momento comprendí que yo era la que sobraba en esa ecuación.Con el corazón roto y todas mis esperanzas destrozadas,
Leer más
El artista plástico
Entré a la casa con las llaves que me había dado el licenciado, pero no me esperaba el susto que iba a llevarme, cuando entré a la habitación principal, fue tremendo lo que me encontré, especialmente porque no esperaba tener que ver a simple vista los encantos escondidos del artista plástico. Él, por su parte, estaba tan sorprendido como yo. Sin poder hacer más nada en vista de la situación tan vergonzosa e inesperada, solo alcanzó a taparse con sus manos eso que se veía de un tamaño bastante prominente y que además me había causado mucha impresión.— ¿A usted no le enseñaron a tocar la puerta antes de entrar, señorita como se llame?— Bueno… Yo… eh… en realidad usted tiene la culpa, porque debió cerrar la puerta de la habitación. Además, me consta que el licenciado Barradas le avisó que yo vendría y por esa razón me dio las llaves de la casa. El que debería haber estado preparado para recibirme era usted. Y tápese que le va a dar un catarro.— Creo que la que tiene que salir de la ha
Leer más
Secretos ocultos
Fue un momento de mucha tensión e incertidumbre para todos, pero especialmente para Nelson. Después de sus chantajes, no esperaba que finalmente me atreviera a pedirle el divorcio. Estaba cansada de sacrificar todo por los demás mientras yo vivía un verdadero infierno.Nelson, seguro de que podía manipularme debido a la debilidad que sentía por mi familia, arrugó el documento y lo lanzó al piso. Miró a Barradas lleno de coraje e impotencia.— ¿Se puede saber qué significa esto? —preguntó, mientras los demás se quedaron intrigados por la situación.Barradas respondió sin rodeos:— El documento está muy claro, señor Nelson. Mi clienta, la señora Ana Paula, está solicitando la anulación del matrimonio.La noticia tomó a todos por sorpresa, especialmente a Luis José, que no podía creer que yo hubiera tomado una decisión tan radical e inesperada. Mientras tanto, mi hermana perdió la sonrisa de su rostro. El divorcio era una puñalada en la espalda que podría arruinar sus planes, y su mayor
Leer más
La traición de Nelson
— Dime Barradas, Pedro se llegó a enterar de que Ana Paula, es en realidad tu hija? — No, jamás me llegó a mencionar nada, y creo que de sospechar que Ana Paula no era su hija, no le habría dejado toda su fortuna. Pero lo que sí te puedo asegurar es que sospechaba de que tenías un amante. Y yo, la verdad me sentía como un miserable ocultándole que ese hombre era yo. — ¡Dios mío! ¿Pero por qué no me dijo nada? No puede ser que en todo ese tiempo haya permanecido callado, hasta el punto de no decirme lo de su enfermedad. Me siento como un moustro. Mi hija no me lo va a perdonar jamás. El matrimonio de mis padres había sido arreglado por cada una de sus familias, no estaban del todo enamorados, sin embargo, como tenían la presión de sus padres, no les quedó otra alternativa que aceptar casarse. Mis abuelos paternos, querían un nieto que fuera el heredero de toda su fortuna, pero con el pasar del tiempo mi madre no quedaba embarazada, luego llegó a sus vi
Leer más
El pasado me llama
Y Mientras que yo, en todo este tiempo me había conectado con la belleza de Cancún. Las playas de arena blanca y el agua turquesa me envolvían en una calma que no había experimentado antes. A veces, caminaba sola por la orilla, sintiendo la brisa marina acariciar mi rostro y pensando en todo lo que había dejado atrás.A pesar de la distancia, seguía escribiendo. Mis pensamientos y emociones fluían en palabras, y cada día me sentía más cerca de comprender mi propia historia. El bebé crecía dentro de mí, y con él, también crecía mi determinación de enfrentar la verdad.Barradas seguía siendo mi confidente. A través de sus mensajes, me mantenía al tanto de los acontecimientos en México. Mi madre, luchando con su dolor y remordimientos, Abril aprovechándose de mi generosidad sin saber que yo era la otra mujer, Luis José atrapado en un matrimonio infeliz y Nelson, despojado de todo lo que tenía.A veces, me preguntaba si había hecho lo correcto al huir. ¿Era justo que yo estuviera aquí, pr
Leer más
El reencuentro
Guillermo se despertó sobresaltado por la llamada. Al colgar, me miró con preocupación y preguntó:— ¿Qué pasa, cariño? ¿Por qué Barradas te llamó a esta hora?— Se trata de mi madre. Las cosas no están bien con ella, y debo regresar a México con urgencia.— ¿Regresar a tu casa? —Guillermo palideció—. Sabes lo que eso significa para ti, enfrentarte a ese pasado del que querías huir.— Sí, debo regresar. Mi madre está internada en la clínica por una sobredosis de alcohol.— Lo siento mucho. No sabía que tu madre tuviera problemas con la bebida.— Yo tampoco lo sabía. Ahora me entero. Siento que parte de esto es consecuencia de mi embarazo y de su remordimiento por haber engañado a papá con un amante.— ¿Ya sabías de la relación entre Barradas y tu madre?Sus palabras me sacudieron. Sentí que mi corazón daba vueltas en una montaña rusa, mientras la pequeña Frida brincaba dentro de mí. Quería creer que había entendido mal, así que le pregunté ansiosa:— ¿A qué relación te refieres?Guill
Leer más
La alianza
Yo comencé a sentirme mareada; de pronto, todo comenzó a dar vueltas. Sentía que estaba a punto de desmayarme, y Luis José fue el primero en notarlo. Enseguida se acercó a mí, tratando de sostenerme.— ¿Qué tienes, Ana Paula? ¿Te sientes mal? —preguntó.— ¡No la toques! —exclamó Guillermo—. Es mi esposa, y yo puedo encargarme de ella.— Pero yo soy médico y puedo atenderla, cosa que dudo puedas hacer tú —respondió Luis José.Guillermo lo miró furioso. Se sentía impotente porque no podía alejarme de Luis José en ese momento. Mientras tanto, Abril no esperó mucho tiempo para inyectar su veneno:— Deja que sea su marido quien la atienda y vámonos de aquí.— No me pienso mover de aquí hasta que esté seguro de que Ana Paula y mi hijo se encuentren bien —afirmó Luis José.De pronto, todo se volvió negro, y caí desmayada en los brazos de Luis José. Él exclamó angustiado:— ¡Hay que llevarla a la sala de emergencias! ¡Pronto, traigan una silla de ruedas!Una enfermera llegó rápidamente con la
Leer más
La cesárea
"Barradas regresó a la sala de espera donde se encontraban Abril y Guillermo. Su expresión denotaba preocupación por el estado de salud de mi madre.Guillermo se acercó rápidamente y le preguntó:— ¿Cómo está la señora Amanda?— No está bien. Están tratando de desintoxicarla. Según los estudios que le hicieron, descubrieron que además del licor que ingirió, también consumió otra sustancia que empeoró su situación. Además, el médico dice que parece no querer vivir, lo que no favorece su recuperación. Lamentablemente, ha caído en coma.— Lamento mucho esto, Barradas. Sé cuánto la amas.Al escuchar a Guillermo, Abril alzó la mirada y se acercó a él diciendo:— ¿Y usted por qué tiene que amar a mi madre? Le recuerdo que solo era un empleado de mi padre. No se tome atribuciones que no le competen. No sea tan igualado.— Mira, Abril, con todo respeto, no tienes por qué ofenderme de esta forma. Además, hay muchas cosas que desconoces, así que es mejor que no digas algo de lo que puedas arrep
Leer más
El nacimiento
De repente, el llanto de mi hija resonó en la habitación. Para mí, fue como una melodía, la más hermosa que jamás había escuchado. Luis José, con manos temblorosas, cortó el cordón umbilical. El médico sonrió y me entregó a la bebé. —¡Felicitaciones!, exclamó. —Eres la madre de una hermosa niña. Está saludable y preciosa. Bueno, los felicito a ambos. Luis José sostuvo a nuestra hija en sus brazos, tenía sus ojos llenos de emoción. La besó en la frente y la acostó con delicadeza sobre mi pecho. —Mi amor —, susurró, —es nuestra hija, fruto de nuestro amor. Mira qué linda es, se parece a ti. Ana Paula… te amo. Las amo a las dos. A partir de ahora, no me separaré de su lado. En ese instante, una oleada de sentimientos me invadió. Ver a ese pequeño ser, parte de mí y del amor que aún existía entre Luis José y yo, era algo mágico. Me di cuenta de que no lo había olvidado, que seguía enamorada como el primer día, solo había huido durante todo ese tiempo, tratando de escapar de lo que
Leer más