Capítulo 87. Conspiradores de libertad
Gavin se quedó sin palabras, estaba sorprendido por lo perspicaz que era Marina y admite que era su plan, pero ahora no quiere pensar en eso. Menos quiere que ella lo analice, así que se dedica a besar su cuello y clavícula, acariciar su cuerpo y frotarse contra ella para distraerla. —Marina, dijimos desde cero, y lo dije en serio, si resulta que no podemos entendernos y lo nuestro debe terminar, saldrás de mi vida con una enorme compensación monetaria y empezarás de nuevo de cero; en el país que elijas. —Pero sin mi hijo, él es un MacLeod y querrás que se quede aquí recibiendo entrenamiento. Gavin dejó salir el aliento. —Marina, tienes suficiente tratando de dilucidar tu pasado, no trates de adivinar tu futuro —Gavin rio—. Bueno, al menos que quieras pasarte los días con Marisol leyendo tu fortuna… —No es gracioso Gavin. Él afirmó mirándola con ternura. —Tienes razón, no es gracioso, nuestra vida puede volverse un enredo, tú y yo con las piernas entrelazadas n
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