¡Ni soñando!—No hace falta tanto lío, si el doctor puede curar a mi padre, puedo regalarle esta villa.— Nora, al escuchar a Faustino, intervino inmediatamente.—Señorita, ¡esta villa le costó cinco millones de dólares!— Fabio frunció el ceño, mostrando su descontento. —¡Esa tarifa de consulta es demasiado alta!—No es necesario, señorita Ramos, tengo dinero para construir una villa, llévame a ver a tu padre. Está anocheciendo, y quiero volver a mi pueblo a dormir.— Faustino miró a Fabio con indiferencia, con expresión serena.Nora se sorprendió. ¿Faustino rechazó una villa de millones de dólares sin inmutarse? Parece que tiene una moral impecable. Sin darse cuenta, Nora volvió a admirar a Faustino.—Está bien, doctor, por favor, sígame.Ella no sabía que Faustino ya tenía una fortuna de cientos de millones de dólares, unos pocos millones eran una nimiedad para él.Siguiendo a Nora por la villa, Faustino finalmente vio al paciente: Emanuel Ramos, el alcalde. Parecía tener más de cincue
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