—Es correcto, mi querido cazador. Solo asesinando al Alfa Artem, Génesis será completamente libre para ser reclamada por ti, tienes que asesinarlo, y solo así, ella te pertenecerá. — aseguró el lobo blanco.Niccolo sonrió. Asesinar al Alfa Artem Kingsley sería un placer.—Bien, bien, haré el trabajo sucio, Levana, pero eso no significa que confío en ti. Somos aliados en esto, pero al final, Génesis será mía, y ni tu ni nadie podrán impedirlo, lobo blanco. — aseguró el cazador de cabellos rubios.Giles sintió como la sangre le hirvió ante el claro reto que el infame cazador Salvatore le estaba arrojando a la cara, sin embargo, sonriendo, asintió ante el menor de los hijos del traidor Nicanor.—Mi hermana estará en buenas manos, eso lo aseguro. — respondió ambiguo el lobo blanco.En la Toscana italiana, Artem hablaba con el encargado del hotel en el que se estaban hospedando, dándole indicaciones para algo. Benazir sentía el aroma de Génesis sobre el Alfa, y una sonrisa socarrona se dib
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