Un cielo color arcoíris: Octava parte.
Hyunjae con una sonrisa nerviosa dijo—Realmente me preocupaba que ella viniera sola a visitarlos. Aunque, a decir verdad, yo solo soy un ciudadano común. Y ella, como sabrán, es una cazadora. En términos de fuerza, ella me supera. Así que tal vez soy yo quien necesita ser cuidado por ella.El intento de humor de Hyunjae logró arrancar una risa ligera de Rosita, la madre de Maggi, quien lo observaba con una mirada cálida y comprensiva.—Ay, Gregorio, deja de incomodar al pobre chico, mira, ya lo tienes todo espantado —dijo Rosita, mirando a su esposo con un toque de broma en la voz. Quería aligerar el ambiente, consciente de que conocer a la familia de su novia podía ser una experiencia abrumadora.Gregorio, el padre de Maggi, soltó una risotada grave, pero asintió, relajando un poco su postura rígida.—¿Y, joven, usted dónde trabaja? —p
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