Caminan en silencio hasta el ascensor. Tocas el timbre para llamarlo. Le miras, pero parece ignorarte. ¿Se está arrepintiendo?, te preguntas preocupado. Cuando estás a punto de preguntarle algo para verificar que aún están en sintonía, el ascensor llega. Una vez dentro, te acercas a ella y acaricias su entrepierna. Camila se sorprende, esperaba que primero la acariciaras o le besaras en los labios. Aun así, el beso llega a sus labios, pero de una manera primitiva, depredadora, de tu parte. La arrinconas contra la puerta del ascensor para tocarla de manera más provocadora. Está preocupada de que alguien suba y los encuentre de esa manera tan íntima, pero, pese a eso, no puede pedirte que te detengas, ya que en parte le gusta. Al abrirse la puerta, ya están en tu departamento completamente excitados por la previa.En ese momento, viene a ti una conversación que tuviste con Nicolás.—¿Estás seguro de meter a Camila en esto ya? —te había consultado él.Tu hombre de confianza, el que sabe
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