Paula bajó corriendo por las escaleras. No le importó mojarse y mancharse con el vino y se acercó a socorrer a su amiga, esa que tenía cara de vergüenza y de “yo no hice nada”.Le ofreció ayuda para salir de la poza en la que estaba hundida y miró a Lucca de forma aprensiva, pero ni siquiera él sabía que había sucedido, así que no pudo defenderse en ese momento tan complicado. En sus recuerdos solo podía vislumbrar y sentir ese momento tan especial que habían compartido. Después, la llave de acceso había explotado y todo se había ido a la mierda.Los invitados fotografiaron la gran fuga y se burlaron de la situación, conforme los afectados abandonaban la bodega subterránea y se abrieron paso a través de todos los ojos curiosos para escapar y secarse.Para su suerte, Margarita tuvo el respaldo de Paula, quien la sacó a toda prisa del lugar, pero Lucca no, él tuvo que enfrentarse a sus padres y a Lidia, quien le miraba con enfado.La fiesta se dio por terminada y los empleados acompañar
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