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Todos los capítulos de Destino Impuesto: Capítulo 11 - Capítulo 20
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Capítulo 10 — la primera de muchas batallas
Capítulo 10 — la primera de muchas batallasNarrador:En el vestíbulo, Sebastián, miraba continuamente su reloj de pulsera pues estaba impaciente esperando que Janina apareciera. Cuando la vio bajar del ascensor con un conjunto deportivo y zapatillas, quedó desconcertado—No te has cambiado aún Janina —dijo algo enfadado —se nos hace tarde—No, que va, llegaremos en hora, ya estoy lista—¿Me quieres decir que ese será tu atuendo? —la miró de arriba abajoJanina, desafiante, asiente sin responder. La expresión de Sebastián se torna severa y, sin mediar más palabra, la toma de un brazo y la conduce bruscamente al ascensor y luego al dormitorio, sin soltarla ni por un segundo. Cuando entran en la habitación con firmeza la arroja en la cama.—Sebastián… —rezonga al rebotar sobre el colchón—¡Sebastián, una mier*da! ¿Acaso crees que voy a dejar que me humilles delante de todos vistiendo de esa forma tan inapropiada para la magnitud del evento?Janina lo mira desafiante y no muestra intencio
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Capítulo 11 — La chispa que encendió la mecha
Capítulo 11 — La chispa que encendió la mechaNarrador:La multitud y la música vibrante actuaban como cómplices silenciosos, acercándolos lentamente, explorando una conexión que iba más allá de la obligación impuesta. Aunque la farsa del matrimonio entre Janina y Sebastián persistía en la fiesta, sus miradas se volvieron pícaras y sus gestos juguetones comenzaron a revelar una conexión sorpresiva. Entre risas compartidas y roces sutiles, la tensión se disolvía momentáneamente, dejando ver una pequeña grieta en la mentira, que se manifestaba entre gestos y miradas, encendiendo una chispa inesperada para ambos. Se dejaron llevar tanto así, que de repente y sin saber muy bien como había sucedido, se encontraban en medio de la pista bailando bajo la atenta mirada de todos los presentes. Sebastián la abrazó por la cintura y con la otra mano cogió la de Janina, para sumirse en un ritual de cuerpos al son de la música.—Gracias por no dejarme caer antes —dijo ella al fin, levantando la cabe
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Capítulo 12 — Algo inesperado
Capítulo 12 — Algo inesperadoSebastián:Cuando la vi bajar del ascensor metida dentro de un conjunto deportivo, me negué a pensar que me estaba desafiando, realmente quería creer que aún no estaba cambiada, pero cuando me dijo que iría así, la ira tomó control de mi cuerpo y la llevé a rastras a su dormitorio para obligarla a vestirse dignamente. Luchamos uno minutos, reconozco que por un momento fue divertido, ver a su diminuto cuerpo tratando de ganarme en fuerza para doblegarme, pero luego me enojó aún más y, lo reconozco, fui un poco brusco con ella. Luego de un rato, al fin se entregó, me senté en el sillón para vigilar que hiciera lo que había prometido. Cuando la vi desvestirse, mi desprecio por Janina seguía intacto, sin embargo algo había cambiado, algo incómodo y magnético se gestaba entre nosotros. Durante la fiesta, la tensión se fue suavizando, casi parecíamos una pareja normal disfrutando de un banquete con buena música. Nos miramos varias veces, pero nunca de frente,
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Capítulo 13 — el brindis
Capítulo 13 — el brindisNarrador:Maximiliano, el hermano de Janina, va en busca de Sebastián—¿Qué sucedió con Janina? ¿Qué le hiciste que la vi muy incómoda —le preguntó con expresión preocupada—Nada, no le he hecho nada — respondió tratando de sonar convincente—Algo pasó Sebastián, y sospecho que eres el responsable, pues Janina no se comporta así por nada, así que dímelo de una vez —había empezado a enfadarse—Solo estaba teniendo un momento incómodo con su amigo y lo interrumpí —argumentó tratando de minimizar la situación—No me vengas con evasivas —le exigió, frunciendo el ceño —sé que hay algo más, dime que fue lo que pasó realmente—Le di un beso, Maxi. Fue un impulso, nada más que esoMaximiliano era el mejor amigo de Sebastián, y ahora se encontraba en una situación muy difícil de manejar, su hermana le necesitaba, pero su amigo también. Aun así, esa confesión le enfadó bastante—¿Un beso? —Exclamó con gesto molesto —¿acaso te volviste loco? —Cada vez estaba más enfadado
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Capítulo 14 — jóvenes y bellas
Capítulo 14 — jóvenes y bellasNarrador:Janina, abrumada por lo sucedido en la fiesta y luego en el departamento, pasó toda la noche llorando de una manera desconsolada. Sebastián se levantó en medio de la noche para llegar hasta la cocina y hacerse de un vaso con agua, pero al pasar por la puerta del dormitorio de su esposa, la escuchó llorar. Su primer impulso es abrir la puerta para preguntarle que le sucede, pero al pensar que, seguramente fuera él el responsable de su llanto, simplemente apoyó su mano y su frente a la puerta—Perdona, perdóname Janina, no quise causarte ningún daño —murmuró y luego de unos minutos volvió a internarse en su propio dormitorio.Al día siguiente, Janina se levantó y se encontró en la cocina con Sebastián quien ya está desayunando—Buenos días —le saluda al pasar a su lado en busca de una taza de café—Buenos días, no creí que te levantarías tan temprano—Es que quiero ir a pasar el día con mi madre —se volteó a mirarlo, mientras sostenía la taza de
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Capítulo 15 — Hasta que grites
Capítulo 15 — Hasta que gritesNarrador:Janina, al regresar al departamento, se encuentra con Sebastián, quien ha llegado de un arduo día en la oficina de la empresa, tratando de empezar a ponerse al tanto para suplantar a su padre.—¿Qué haces aquí? —le preguntó ante la sorpresa de verlo—Vivo aquí, ¿lo recuerdas? —le respondió con ironía, mezclando las verduras en la satén mientras cocinaba—Perdón, obviamente vives aquí, solo que creí que llegarías más tarde—Fue suficiente para un día en la oficina y con mi padre, tuve que irme, ya no lo aguantaba más — y la miró, mientras se servía un plato —¿quieres? —le preguntó señalando la comida —hay suficiente para los dos—Sí, gracias, estoy hambrienta—¿Tu madre no te dio de comer? —preguntó sonriendo mientras le arrimaba el plato servido—En realidad no estuve con ella—¿No?, ¿y con quién estuviste?, si me quieres contar —y se sentó a comer—Con Daniel —y bajó la miradaSebastián, se puso furioso al escuchar que Janina había estado con
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Capítulo 16 —Emociones
Capítulo 16 —EmocionesNarrador:Janina yacía en la cama, sumergida en un mar de emociones tumultuosas después del inesperado encuentro en la cocina con Sebastián. Aunque intentó mantener la apariencia de indiferencia, su interior se vio sacudido por sensaciones desconocidas hasta ese entonces para ella. Debía enfrentar la contradicción de detestar a su esposo y reconocer, sorprendida, las emociones intensas que él había logrado desatar en su interior. Mientras sus pensamientos daban vueltas, Janina se cuestionaba como alguien a quien aborrecía con todo su corazón, pudo tener el poder de hacerla sentir de aquella forma. Recostada trató de procesar lo ocurrido y se asombró al admitir que, por un instante, Sebastián la llevó a lugares que nunca antes había explorado. La dualidad de sentimientos la dejó desconcertada. A pesar de su persistente rencor hacia Sebastián, no pudo negar la conexión única que compartieron. Sintió como si estuviera en guerra consigo misma, debatiéndose entre res
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Capítulo 17 —No es buena idea
Capítulo 17 —No es buena ideaNarrador:Janina se encontraba en su habitación, haciendo las maletas en silencio. Los días habían pasado y la tensión entre ellos se había vuelto palpable, se evitaban mutuamente y apenas habían intercambiado algunas palabras. Mientras doblaba meticulosamente la ropa para colocarla en la maleta, escuchó la puerta de calle y pasos acercándose, al voltear, sabiendo perfectamente de quién se trataba, encontró a Sebastián parado en el umbral de su habitación, sus ojos reflejaban al observarla una mezcla de resignación y tristeza.—Llegó al fin el día, ¿verdad? —dijo rompiendo el silencio con la voz cargada de emociones reprimidas. Sus palabras se escucharon como un eco de dolor y aceptación, revelando la profundidad de los sentimientos ocultos bajo la superficie. Ella no le respondió, pero asintió con la cabeza y un nudo en la garganta, incapaz de articular una respuesta, mientras continuó preparando sus pertenencias para partir. Una atmósfera cargada de e
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Capítulo 18 — Esto no está bien
Capítulo 18 — Esto no está bienNarrador:Sebastián intenta apartarse suavemente de Janina, consciente de que han cruzado una línea peligrosa, pero ella lo retiene—No te vayas —le susurra, aunque se nota la determinación en su pedido, con los ojos suplicantes buscando los suyos—Janina, esto no está bien —responde Sebastián con voz tensa, tratando de mantener la compostura, mientras siente que su determinación flaquea al sentir el calor del cuerpo de Janina pegado al suyo—No me importa… —insiste, con sus manos aferrándose aún más a él —Luego de lo de la cocina lo he estado esperando todos estos días, no sabía que lo quería hasta ese momento. No puedes simplemente alejarte ahoraSebastián siente una mezcla de conflicto y deseo ardiendo en su interior. Por un lado, sabe que debería detenerse, pero por el otro, la intensidad de la conexión entre ellos lo hace desear más—Janina, por favor —murmura, su voz apenas es un susurro cargado de emoción —No puedo hacerte esto—Sé que sientes lo
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Capítulo 19 — nunca lo haré
Capítulo 19 — nunca lo haréSebastián:Al llegar al apartamento y verla hacer las maletas, un sentimiento angustioso se apoderó de mí, no puedo decir que era con exactitud, pero sí que se sintió muy mal. Sabía que ese día llegaría, es más, estuve todo el día pensando en éste momento, por alguna razón que desconocía no quería que se fuera, por lo tanto estaba triste. Pero ella estaba allí, mirándome con una mezcla de determinación y súplica, que no pude descifrar. Me acerqué lentamente, tratando de mantener mi compostura, pero la atracción entre nosotros era palpable. Nos encontramos en el centro de la habitación, nuestros cuerpos casi rozándose, pero sin tocarse aún. Hubo un momento de silencio antes de que finalmente nuestros labios se encontraran en un beso apasionado y urgente. Mis manos exploraron su cuerpo con una necesidad abrumadora, pero en medio del calor del momento, una voz en mi cabeza comenzó a gritar, recordándome que no era prudente dar el siguiente paso. El remordimien
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