Capítulo 12 — Algo inesperadoSebastián:Cuando la vi bajar del ascensor metida dentro de un conjunto deportivo, me negué a pensar que me estaba desafiando, realmente quería creer que aún no estaba cambiada, pero cuando me dijo que iría así, la ira tomó control de mi cuerpo y la llevé a rastras a su dormitorio para obligarla a vestirse dignamente. Luchamos uno minutos, reconozco que por un momento fue divertido, ver a su diminuto cuerpo tratando de ganarme en fuerza para doblegarme, pero luego me enojó aún más y, lo reconozco, fui un poco brusco con ella. Luego de un rato, al fin se entregó, me senté en el sillón para vigilar que hiciera lo que había prometido. Cuando la vi desvestirse, mi desprecio por Janina seguía intacto, sin embargo algo había cambiado, algo incómodo y magnético se gestaba entre nosotros. Durante la fiesta, la tensión se fue suavizando, casi parecíamos una pareja normal disfrutando de un banquete con buena música. Nos miramos varias veces, pero nunca de frente,
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