Las cámaras parecían saber exactamente dónde encontrar a la pareja del momento, escudriñando el origen de todo y un poco más del romance que se mencionaba en algunos titulares.Para Génesis, una semana de distancia sería un respiro, aunque también estaba el hecho de que esas “citas-no-citas” con su novio falso comenzaban a gustarle más de lo que estaba dispuesta a admitir.—Cuando dijiste que veníamos a comer, creí que sería en un lugar elegante, con miles de meseros o algo así para presumir. —caminó al lado de Anthony, quien, con sus lentes oscuros, pretendía no distraerse con la figura de la alemana. Pero cuando ella apretó el paso y alcanzó la entrada, le fue difícil no mirarla.Génesis robaba su atención sin siquiera intentarlo.—Pero no eres tan pretencioso como imaginé.—¿Para qué voy a presumir algo que el mundo entero sabe que tengo? —cuestionó Anthony, arrastrando la silla para ella, como su caballerosidad lo dictaba. —Es algo muy básico, y soy mucho más que eso.—Y ahí sale
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