168. Viaje en El Vacío
Aelina, montada sobre el imponente lomo de Valdimir, junto a Nikolai y Erik, avanzaba a través del desolado páramo conocido como El Vacío. Los tres lobos, que eran criaturas majestuosas y poderosas, corrían a toda velocidad, con Erik liderando el grupo y guiándolos por aquel terreno traicionero.Durante el trayecto, la joven reina no podía evitar que sus ojos vagaran de un lado a otro, absorbiendo la desolación que los rodeaba. Con cada paso, se hacía más evidente que aquel lugar, ahora reducido a ruinas y sombras, alguna vez había sido un reino magnífico. Aelina observaba con una mezcla de fascinación y horror las estructuras que aún se mantenían en pie: columnas solitarias que se alzaban hacia un cielo eternamente gris, torsos decapitados de estatuas que alguna vez representaron grandeza, y arcos de entrada que ahora no conducían a ninguna parte.La imaginación de Aelina volaba, recreando en su mente la gloria pasada de aquel reino o, quizás, mundo entero. Casi podía ver las calles b
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