Todos os capítulos do Mi Mujer -Una Segunda Oportunidad: Capítulo 31 - Capítulo 40
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~No es que extrañe tus besos, es que mis labios te necesitan~–Te veías hermosa cuando te quitaste la blusa –le dijo sonriendo, sin tener idea de cómo lo iba a tomar ella, pero seguro de que algo iba a contestar.Neyra lo miro haciendo un gesto, al no saber si lo dijo en broma o para hacerla enojar.–¿Quieres dejarme sin capataz? −cuestionó, al no escuchar contestación de ella.–¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? –preguntó sorprendida sin entender el motivo de su comentario.–Todo, ¿quieres matar a tu papá de un coraje o qué? No sabes la cara que puso cuando te vio quitándote la blusa.–No es como si no hubiera traído nada abajo. Lo que traía cubre más que un bikini, además a veces salgo a correr así. −dijo justificándose.–¿Y en la mañana que venías a todo galope? ¿No quedamos que no ibas a montar sola?–No estaba sola, había mucha gente. –contesto sonriendo, haciéndose la desentendía.–¿No te preocupa que te puedas caer? ¿Qué hubiera pasado si te sientes mal?–No hubiera monta
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“Cuando el amor se reprime, el odio ocupa su lugar”~Havelock Ellis~–Me voy a quedar un rato más y en lo mientras voy a leer mi libro. –le informó, lo cual a Alexander le causo más gracia que enfado.–¿Te importa si me quedo un rato más, o también eso te va a molestar? –preguntó con un leve tono de soberbia. Era el colmo que necesitara tener el consentimiento de ella para poder quedarse.–Claro que no, estás en tus caballerizas y en tu rancho. Te puedes quedar el tiempo que quieras. – le dijo con una sonrisa forzada.Poco después, el sueño le llego a Neyra y al ver que la yegua estaba mejor, pensó en irse a dormir a su casa, pero termino acomodándose ahí a dormir.–¿Qué haces? ¿No te vas a ir a dormir? –inquirió Alexander, cansado por el sueño.–No, porque no quiero que se me espante el sueño al caminar hasta la casa. Voy a tratar de dormir ahora que tengo sueno. –dijo y se acomodó.Neyra tenía razón, y él tampoco quiso tomar el riesgo, además de que no la iba a dejarla sola; por eso
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~Necesito volver a tenerte, para saber si fuiste el amor de mi vida o el mayor error en mi vida~–Menos mal que lo recuerdas porque en realidad es muy difícil sentir que estoy hablando con un adulto cuando estás haciendo berrinches y eres grosera.Esas palabras le calaron a Neyra y la pusieron a la defensiva.–¿A si? Pues déjame aclararte que está berrinchuda, solo quería ser amable y ver si podía ayudar en algo. Pero olvídalo y vete al diablo. –dijo enfurecida a punto de girarse para irse de ahí.–Sólo hay una cosa con lo que tú me puedes ayudar y como tienes interés en ayudarme, voy a aceptarla. –le respondió al momento que la acerco a él y antes de que ella pudiera protestar, comenzó a besarla bruscamente mientras sus manos buscaron la manera de poder tocar su piel por debajo de su blusa.–¿Qué diablos te pasa? –protestó apartándose de él al sentir su prominente bulto.–Somos dos adultos, ¿no? Tú misma lo acabas de decir y cuando dos adultos se atraen en la manera que lo hacemos tú
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♥Más que deseo ♥ ~Estas ganas de besarte, que ni besándote se me quitan~Lo que Neyra no supo, fue que Alexander vio la duda en sus ojos y podría jurar que esa noche volverían a encontrarse. Esa mínima posibilidad de un encuentro hacía que él se sintiera como adolescente con las hormonas alborotadas, desesperado por volver a tenerla cerca, y contando los minutos para su próximo encuentro. Se bañó rápidamente, se puso su mejor loción y se cambió de ropa. Poco después caminaba de un lado a otro mientras se asomaba para ver si aún veía luz en la habitación de ella. Sabía que solo dos cosas podrían pasar después de que la recámara de Neyra se quedara a oscuras: ella se había quedado dormida y, por lo tanto, no saldría o se armaría de valor y saldría a buscarlo.Alexander esperó cerca de veinte minutos después de que la luz del cuarto de Neyra se apagó. Al no verla salir, supo que iba a necesitar algo fuerte para poder dormir esa noche, se sirvió licor y enfadado salió a caminar un
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~Rompiste mi corazón, igual que tus promesas~La boda de Ana, una de las primas de Neyra sería en un par de días. Ese día se llevó a cabo la despedida de solteros de los futuros esposos. Alexander asistió a la del novio, la cual terminó primero y sin tener nada más que hacer, decidió acompañar a los demás a recoger a sus parejas a la casa de otra prima en donde se encontraban ellas, incluyendo a Neyra.Al llegar lo primero que escucharon fueron las carcajadas de las mujeres, ya que se escuchaban desde afuera de la casa, esa fue la primera indicación de que la fiesta para ellas aún no terminaba y que probablemente todavía estaban bebiendo. Los hombres voltearon a verse unos con otros y se rieron al coincidir que la diversión de la noche aún no terminaba. Ese día había sido la despedida de Ana con primas y amigas porque el fin de semana pasado había tenido una despedida religiosa a la cual asistieron las mamas, tías y abuelas de ambos novios.El dueño de la casa y los demás hombres entr
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~Un hombre con un buen perfume, suma muchos puntos~–No. –dijo antes de darle otro sorbo a su bebida y en vez de colocarla a un lado de ella, la sostuvo con ambas manos con la intención de aminorar un poco el frío que tenía. En realidad, estaba a punto de cruzar sus brazos para frotarlos con las palmas opuestas, pero ahora que Alexander estaba ahí no quiso hacerlo para que no se le fuera ocurrir ofrecerle su chamarra, o peor aún, abrazarla.–Es una noche fría. –comento él, mientras se sentó a un lado de ella y la observaba.–Y muy bonita, vale la pena un poco de frío. –respondió ella antes de volver a tomar un poco de café.Alexander se quitó su chamarra para colocarla sobre la espalda de ella.–No te molestes, no es necesario.−hablo evitando que la pusiera sobre sus hombros.–No es ninguna molestia, por favor acéptala y no me lleves la contraria.–De verdad, no es necesario; yo puedo pedirle algo a mi prima para abrigarme.–Mientras lo haces, déjatela. –sugirió casi ordenándoselo, sin
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♥Una Verdad a Medias♥~Nunca se olvida un amor, se aprende a vivir sin el~Al salir de la casa, Neyra volvió a sentir frío y por instinto cruzo los brazos.–Yo puedo irme sola, gracias por la propuesta, pero prefiero manejar –le dijo a Alexander quien ya se iba a quitar nuevamente la chamarra y ella apresurada lo detuvo –. No te la quites por favor, no la quiero. Estoy bien así. –dijo un tanto molesta y confundida por la conducta de él.–Si no quieres la chamarra está bien, pero voy a dejar que manejes así. No estás en condiciones de manejar, puede ser peligroso. –dijo y se quitó la chamarra.Sin decir nada, Alexander estiro el brazo con la chamarra en la mano y al ver que Neyra se negó a tomarla, él se quedó con ella en la mano.–No va a pasar nada. Contigo enfrente de mí, iluminándome el camino y guiándome, nada malo puede pasarme.–No, no me convences. Si yo voy en otro vehículo y tú te llegas a sentir mal en el camino, no voy a poder hacer nada para ayudarte. Olvidado.–Eres un n
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“Nada dura para siempre, por eso deseo que seas mi nada”~Frida Kahlo~Alexander se fue y Neyra le puso el seguro a las puertas. A ella le pareció que él ya se había tardado y cuando menos lo esperaba vio el rostro de un hombre pegado a vidrio de ella, al mismo tiempo que lo golpeo. Neyra pego un grito antes de reconocer el rostro de Alexander, quien muriéndose de la risa jalo la agarradera de la puerta para abrirla y al ver que tenía seguro se lo quito con el control de la alarma. Neyra volvió a presionar el botón del seguro y no lo dejo subir al ver que él seguía riéndose. Lo hizo un par de veces y riéndose más le dijo que la iba a dejar ahí y se volvió a ir.Casi enseguida regreso y finalmente pudo abrir la puerta del lado del ella.–No te enojes, bonita; mejor ven para que veas algo.–Si es otra broma, te juro que me las vas a pagar.–No ven. –pidió él y la toma de la mano para llevarla a unos veinte metros de donde se estacionó para mostrarle como se veía el resplandor de la lun
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~Cuidado con la verdad a medias. Es posible que hayasapreciado la mitad equivocada~–¿Ya estás usando algún método o me vas a hacer que use protección? −cuestionó entre besos.–No, no voy a tomar algo sólo porque voy a estar aquí un par de días.–¿Y después qué? ¿Cómo te vas a cuidar? −quiso saber, separándose de ella.–Eso no importa en este momento. Ahorita preocúpate de no transmitirme una enfermedad o una infección, o peor aún, dejarme embarazada. –dijo casualmente, intentando dejar ese tema de lado.Respuesta que no le agradó a Alexander, y lo puso más de mal humor por tener la estúpida idea de no usar condón con ella, tal como siempre lo hacía con todas las demás mujeres. Ahora gracias a eso lo estaba acusando de tener algo contagioso.–Yo tampoco quiero que me vayas a pasar algo. –aseguro molesto.Neyra se quedó con la boca abierta por lo que le dijo y en el tono en que lo hizo. Ella tenía razones de sobra para preocuparse de contraer una enfermedad, pero él no.–Por mí no te p
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♥ Sin Culpa ♥ ~No fue tu culpa, ni la mía, pero ambos pagamos por las decisiones que tú tomaste~–Alex –lo llamó, pero él no volteó. Estaba dolido y avergonzado por ser tan patético y no poder aceptar que la mujer que amo le fue infiel. –Alex, por favor mírame. No sé a quién viste, pero no era yo. ¿Según tú, cuándo fue me viste? –preguntó con una mezcla de sentimientos encontrados. Dolor al saber que él desconfió de ella, alegría porque todo lo que le dijo en la boda de Scott fue porque estaba dolido, y tristeza porque alguien más fue el culpable de que ellos terminaran separados.–Dos semanas antes de la boda de Scott. −respondió avergonzado, porque a pesar de eso, estaba ahí, deseando volver a tenerla entre sus brazos y hacerla su mujer.Neyra hizo memoria, hasta que recordó lo que sucedió esa día. –Alex, ese fue el fin de semana que estuve enferma. No salí a ningún lugar porque no podía ni levantarme de la cama. Me la pasé la mayor parte del tiempo dormida.–Yo te vi Neyra –gritó
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