50. ¿Cómo?
—Vamos, Fla, cuéntame qué pasó después de que llegaron al apartamento —insiste Maya con una sonrisa, mientras me acomodo en la silla junto a su cama.Había dejado pasar un día, pero la preocupación por su salud y la de mi ahijado, me trajeron hasta aquí, aunque parece que Maya está más interesada en otra cosa. Siento el calor subir a mis mejillas y aparto la mirada por un momento, enfocándome en el patrón de las sábanas.—No pasó nada, Maya —respondo, intentando sonar casual, aunque sé que mi tono me delata. Estoy sonrojada. Lo sé, lo siento en la piel—. Solo me quedé dormida en sus brazos… Estaba tan agotada después de todo lo que pasó ese día, que apenas me di cuenta cuando me llevó a la habitación y le pedí, medio dormida, que se quedara conmigo.Mi mejor amiga levanta una ceja, sin disimular su curiosidad. Sé que no se va a conformar con esa respuesta, así que continúo.—Durmió a mi lado, nada más. De hecho, fue la mejor noche que he tenido en mucho tiempo. No sé si fue el cansanci
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