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Todos los capítulos de Millonaria en apuros: Capítulo 11 - Capítulo 20
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11. Un tipo nefasto
El corazón de Ale quedó martillando con fuerza dentro de su pecho, nada la preparó para ver a Noah nuevamente, mucho menos, en su casino. Si su hermano lo había llamado, ¿era parte del nuevo personal contratado?—¿Sucede algo? —preguntó Norman, quien había comentado algo, pero no recibió respuesta de Alessia.—¿Qué? —interrogó confundida, mientras sacudió su cabeza y lo miró—. Perdón, me distraje pensando en algo, será mejor que sigamos con el recorrido —comentó determinada y se dio la vuelta con paso seguro, pero no pudo evitar voltear hacia la oficina de su hermano, por si veía a Noah salir, pero apenas hace unos segundos había entrado.Salieron del casino y se dirigieron a la parte del hotel, primero Alessia le presentó al personal de la recepción y a los vigilantes, pues necesitaba que se conocieran y no tuvieran inconvenientes, después fueron hacia las oficinas.—Este será tu puesto de trabajo, mi oficina es esa de ahí, cualquier cosa que necesite, señor Harris, se comunica por el
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12. Estás en tu casa
La respiración se le cortó a Noah, sabía que su suegra era una piedra en el zapato, pero no imaginó que llevara a cabo su amenaza. ¿Qué haría ahora? Lo único que tenía claro, era que negarse ante la solicitud del Juzgado de familia, solo le daría puntos en contra y, por eso, con gran resignación le dio la información que el hombre le pedía.Al colgar la llamada siguió con la duda de cómo había logrado mantener la conversación, porque el nudo en su garganta era cada vez más grande. Miró el espejo retrovisor, desde donde se podía ver al pequeño Charlie durmiendo, ajeno a lo que acababa de suceder.—No voy a permitir que nos separen, hijo, te lo prometo —dijo Noah en tono bajo, más como una promesa para sí mismo.Llegaron al edificio de Oscar y mientras estacionaba, para sacar al pequeño y entrar, vio cuando su amigo llegaba caminando desde la parada del autobús.—¡Noah, amigo! ¿Cómo estás? ¿Qué tal todo? —saludó Oscar, emocionado al verlo, pues sabía que lo habían llamado del casino, so
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13. Prófuga de la justicia
—¡¿Me estás diciendo que ese hombre con el que tuviste el mejor sexo de tu vida ahora trabaja acá?! —exclamó Grace y Ale se atoró con el sorbo de vino que estaba tomando, por lo que, empezó a toser con fuerza—. Perdón, perdón… —¡Oye, no es para tanto! ¡Eso no fue lo que dije! —se defendió Ale, mientras terminaba de controlar su respiración y Grace soltó una carcajada. —Perdóname, pero con esa descripción de como estuvieron en el bar y después lo que te hizo… Uuuuf, me dio calor —bromeó Grace y se abanicó con su mano.—No seas exagerada, además ser bueno en la cama, no le quita el haberme dejado botada —comentó Alessia, con un poco de resentimiento en su voz. —Ay, amiga…, imagino que debió ser feo despertar así, pero ¿no crees que tal vez tuvo que irse por algo importante? ¿No le diste tu número? ¿No le pediste su número? —cuestionó Grace y la miró atentamente, esperando una respuesta. —No… Supongo que nos entretuvimos en otros asuntos —respondió Ale y mordió su labio, pensativa.
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14. Una buena contratación
Para salir de la zona tuvo que dar algunas vueltas por las vías cercanas y logró identificar el hotel en el que había tenido su encuentro con Noah. Las palabras de Grace retumbaron en su mente y sin pensarlo mucho, se detuvo en el lugar, bajó del auto y fue directo a la recepción del modesto lugar. —¿En qué puedo servirle? —preguntó la recepcionista, notablemente confundida, pues era raro que una mujer tan elegante y con el porte de Alessia decidiera quedarse en un hotel como ese. —Ehm…, hace unos días estuve en una de sus habitaciones y mi acompañante se fue antes de tiempo… —se quedó callada unos segundos, pues no sabía cómo decir las cosas, sin que sonara como una mujer desesperada—, entonces no sé si tal vez me dejó alguna razón y olvidaron dármela. La recepcionista se quedó mirándola y se notaba confundida. Razón tenía de estarlo, pues la petición de Ale era extraña. —¿En qué habitación?Ale le dijo lo que recordaba y la joven, a pesar de su confusión, puso todo de su parte p
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15. Hay que arriesgarse
Mientras Ale estaba indecisa respecto a lo que haría con Noah, su celular empezó a sonar en su bolsillo. Sin mirar la pantalla, contestó, pues sus ojos seguían fijos en un cordial y atento Noah, que regresaba a darle algunas indicaciones a la mujer mayor, que no dejaba de jugar en la máquina tragamonedas.—Aló —contestó.—Traje algo para que comamos juntas, ¿ya sales de trabajar? —preguntó Grace, sin necesidad de saludar.—¿Ya estás en el apartamento? —La llamada de su amiga la sorprendió, pues sabía que todo el día estaría por fuera, haciendo algunas diligencias para su boda.—Sí, creí que ya estarías acá, pero como no es así, decidí llamar y recordarte que debes salir de trabajar —bromeó Grace.—Ya voy para allá, tengo algo que contarte —dijo Ale y se giró hacia Brandon.—¡Entonces serviré unas copas de vino! ¡No demores! —gritó Grace con ansiedad y colgó la llamada.Ale antes de volver a guardar su teléfono le dio una mirada a la pantalla, para saber la hora, pues se sentía un poco
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16. ¿Trabajas acá?
Justo cuando el teléfono comenzó a sonar, su asistente, Norman, irrumpió en su oficina, visiblemente alterado.—¡Señorita Rogers, tenemos un problema! —dijo, su voz temblando de preocupación.Ale rápidamente colgó el teléfono, sintiendo un nudo de frustración en el estómago.—¿Qué sucede, Norman?—Hay una situación en el salón principal. Un cliente VIP está muy molesto y exige hablar con usted personalmente.Ale suspiró, sintiendo la urgencia en la voz de Norman. Sabía que no podía posponer esto.—Está bien, voy para allá, mientras tanto, ocúpate de revisar estos documentos y después llevarlos a la oficina junto a la de mi hermano. Son las aprobaciones de las próximas inversiones a realizar, pero me faltó revisar las últimas páginas —le pidió con seriedad, pues ese documento hacía parte de los que llevaban varios días retenidos por culpa de la lentitud de Norman.Alessia salió con paso firme hacia el casino, pues debía solucionar lo que fuera que pasara con el cliente. Esa clase de in
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17. No vi la nota
—Noah… —susurró Alessia, mientras sentía su corazón bombeando en sus oídos.—¿Trabajas con la gerencia? —insistió él, pues se sentía muy confundido al verla ahí. Levantó la mirada y recorrió la oficina, buscando a alguien más, pero solo estaba ella—. Lamento haber venido, tal vez estoy interrumpiendo —se excusó Noah. Se sentía perdido de encontrarla ahí, además, si ella no lo había llamado antes, era porque no pensaba volverlo a ver y ahí estaba él, en la puerta de la misma oficina.—Noah, espera —lo llamó Alessia, sintiendo la urgencia de aclarar las cosas antes de que él se marchara—. No estás interrumpiendo. Solo… ven, siéntate un momento.Alessia le señaló la silla frente a ella y le sonrió de forma tensa. Nada la había preparado para tenerlo ahí y, maldición, sí que era un hombre atractivo de pies a cabeza.Noah dudó, pero finalmente se acercó y tomó asiento frente a Alessia. La puerta estaba abierta, así que, ella se levantó y cerró la puerta, consciente de que necesitaban privac
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18. Azares de la vida
—Bueno, entonces es mejor que vuelva a mi trabajo antes de que alguien me eche de menos —dijo Noah, soltando su mano y preparándose para irse.—Nos vemos luego, Noah —dijo Ale, sintiendo una mezcla de alivio y emoción por lo que el futuro les deparaba.—Espero tu llamada —comentó y le guiñó un ojo antes de irse, lo que provocó un nuevo sonrojo en Alessia. ¿Qué diablos le pasaba con ese hombre?Noah salió de la oficina, cerrando la puerta suavemente detrás de él. Alessia se quedó en su escritorio, reflexionando sobre lo que acababa de suceder. Sentía que una gran carga se había levantado de sus hombros y que, por primera vez en mucho tiempo, tenía esperanza de que las cosas mejoraran.Cuando Noah volvió a su puesto de trabajo, no pudo evitar sonreír. La conversación con Alessia le había dado una nueva perspectiva y, de alguna manera, había renovado su energía. Sabía que trabajar en el mismo lugar que ella podría ser complicado, pero si los dos estaban de acuerdo, estaba dispuesto a int
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19. Piensa en tu familia
Alessia salió de su oficina, antes de bajar al casino, pasó por el comedor del hotel y se sirvió un gran pocillo de café negro. Necesitaba escapar del sueño, pues todavía quedaban algunas horas de trabajo.—Señorita, ¿necesita algo más? —preguntó una de las camareras y Ale negó.—Gracias, así estoy bien. Sigue con lo tuyo —le dijo Ale y le sonrió.El camino al casino estuvo lleno de saludos amables, al igual que todos los días al salir a dar la ronda. La mirada de Ale estaba enfocada en los trabajadores del casino, pues esperaba ver a Noah. Suponía que él había esperado su llamada el día anterior y, de hecho, esa era su idea, pero estar sin Norman al lado era mucho más conveniente para su tranquilidad; sin embargo, el trabajo seguía acumulado, tanto así, que en la noche tuvo que llevarse algunos documentos a su apartamento y se durmió a la madrugada, cuando su cuerpo no aguantó más.El recorrido por el casino fue habitual, no había mucha gente a esa hora, así que, se detuvo a conversa
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20. Noah, me confundes
Alessia observó a Noah salir de la oficina y luego se volvió hacia su hermano.—Paul, ¿crees que lo aceptará? —preguntó, todavía con una ligera preocupación en su voz.—No estoy seguro, Lessy —respondió Paul, apoyándose en su escritorio—, pero lo hemos puesto a pensar, y eso es un buen comienzo. Él tiene todas las capacidades para el puesto y, sinceramente, creo que sería una gran adición para que trabaje contigo.Alessia asintió, sabiendo que su hermano tenía razón, pero había algo que no la dejaba tranquila, solo que no sabía bien qué era.—Esperemos que sí —dijo ella, con una leve sonrisa—. Estoy segura de que hará lo correcto.La conversación respecto a Noah se dio por finalizada, regresaron al tema de Norman y Alessia escuchó atenta a su hermano, que le contó sobre la pataleta que el hombre había hecho al llegar a su oficina y enterarse de que sería despedido. Fue inevitable sentirse avergonzada, pero también aliviada de no tenerlo más en el Orion.—Si ese hombre no cambia la act
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