Alexei Los días habían pasado rápidamente, y la ansiedad por ver a Anashia crecía en mí. Sé que lo que estoy a punto de hacer puede ser considerado una locura, pero estoy decidido a proponerle que vayamos juntos a Montelimar, junto a mi hija. Necesito esos días para estar con ella, para aclarar nuestras diferencias, y sobre todo, para dejarle claro que la amo solo a ella y que necesito su paciencia. Cuando nazca mi hijo, tengo planes de dejar a Natalia. No puedo estar con una mujer a la cual no amo. Dejándo de lado mis pensamientos. Esta mañana llevo pasteles, helados y toda clase de dulces, como le prometí a mi hija. Había fallado clases más de una semana, y esta era mi manera de compensarle para que ella se sintiera feliz junto a sus compañeros.—Papi, muchas gracias por comprar tantos helados y pasteles... ¿En qué estás pensando?— cuestiona mi hija, sacándome de mis pensamientos. Suelto un suspiro, sonriéndole, aunque en realidad estoy irritado. Ni siquiera yo mismo soporto mi tem
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