La efusiva confesión de su compañero, le hizo dar un paso atrás. Los ojos de Julián parecían ligeramente desquiciados, mientras profesaba palabras de amor. Ella no lograba sentir emoción ante lo que escuchaba, por el contrario, sentía angustia y miedo. —Julián, hemos sido amigos durante mucho tiempo, posiblemente estés confundido, yo te quiero, pero no…—Solo me quieres como un amigo —completó adelantándose al posible rechazo—. Lo sé. No creas que no lo sé. Para ti no soy más que esa persona que siempre está ahí, disponible, pero al mismo tiempo invisible. Pero para mí, tú eres más que eso. Sueño contigo, pienso en ti cada segundo, mi mundo gira en torno a ti. Y no te pido que me ames, Carol, sé que no lo harás, por lo menos no aún; pero dame la oportunidad de hacer que te enamores de mí.La vehemencia con la que hablaba, hizo que Carol se sintiera entre la espada y la pared. No podía negar que había creado un vínculo especial con el muchacho, era su amigo, pero jamás lo había visto
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