Cuando llegué al club, vi a Sebastián en la entrada hablando por teléfono. Llevaba un conjunto deportivo negro, muy diferente a su habitual atuendo de traje. Con su cabello peinado de forma casual, parecía unos años más joven.Por un momento, me quedé sorprendida.Hace muchos años, lo había visto vestido con ropa deportiva entrando y saliendo de mi casa.Sebastián tiene una figura esbelta, con hombros anchos y cintura estrecha, es como un maniquí viviente que hace que cualquier prenda le quede bien, incluso un simple saco de papas. En esa ocasión, estaba de espaldas a mí, parado bajo un muro cubierto de rosas trepadoras, con las manos en los bolsillos, sumido en sus pensamientos.En ese entonces, solo tenía ojos para Hugo, así que apenas le presté atención a Sebastián, solo lo vi de pasada.Tal vez esa imagen quedó grabada en mi mente porque fue tan impactante, que ahora, al recordarla, la veo tan nítida como si hubiera sucedido ayer. Pero han pasado muchos años, y las cosas han cambia
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