CAPÍTULO 29: SABOTAJE.―¿Hiciste lo que te pedí?―Sí, señorita, todo se hizo como se ordenó.Inesa sonrió satisfecha.―Bien, te has ganado un buen pago. ―Extendió el cheque hacia la mujer y antes de que lo tomara, agregó ―¿Segura que nadie te vio?―Sí, señorita, me encargué de que no hubiera nadie cerca.Inesa le dio una mirada penetrante.―Está bien, pero recuerda, si caes, no te atrevas a relacionarme contigo, ¿está claro?―No, señorita, no diré nada.Inesa soltó el cheque y la joven lo guardó en sus pechos. Inesa se había puesto en contacto con ella y le ofreció una buena suma de dinero para que saboteara el vestido de novia de Isabella. La joven que tenía a su madre enferma vio una solución a sus problemas, sabía que estaba mal, pero esa fue su única salida. Así que cortó con unas pequeñas tijeras lugares estratégicos del vestido, por lo que este se rompería fácilmente.Una vez que se fue, Inesa subió a su auto.―Llévame a la catedral San Jorge, hay un espectáculo que presenciar.E
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