CAPÍTULO 97: PROPUESTA PÚBLICA.Sebastián golpeó la mesa con frustración.―No entiendo cómo pudo pasar esto, Inesa. Los japoneses estaban convencidos, estaba casi hecho.Inesa, con una expresión calculadamente neutral, respondió.―Bueno, nada está asegurado. De repente llamaron y dijeron que había una propuesta mejor. Aunque intenté persuadirlos, no quisieron aceptar. Ahora el problema es para nosotros. Habíamos invertido mucho y no firmamos nada.La preocupación de Sebastián era palpable.―¿Cómo vamos a recuperar las pérdidas?Inesa, manteniendo una fachada de seriedad, disimulaba su satisfacción interna. Había manipulado la situación desde el principio, asegurándose de que los japoneses se retiraran del negocio.―Necesitamos encontrar dinero, y mucho, ―continuó Sebastián, su voz cargada de desesperación. ―Los pagos deben hacerse antes de fin de mes, además de la nómina de la empresa y…Inesa se acercó, fingiendo una empatía que no sentía.―Sebastián, sabes que no estás solo. De todas
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