Todos los capítulos de UN BEBÉ PARA EL CEO ARROGANTE: UNA MAMA POR CONTRATO: Capítulo 101 - Capítulo 110
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CAPÍTULO 101: RUEDA DE LA FORTUNA.
CAPÍTULO 101: RUEDA DE LA FORTUNA.Sebastián no podía contener su felicidad, por lo que, en un movimiento rápido, sujetó a Isabella de la cintura y comenzó a girar en círculos con ella.—Creo que esto supera todo lo demás —dijo acercándose para besarla—, supera incluso mi primera negociación.Isabella correspondió a su beso, entregándose a sus sentimientos y anhelos.—Te amo, Isabella, te amo con todo mi corazón ―le dijo entre besos.Ella le dio una mirada soñadora, disfrutando de las mariposas revoloteando dentro de ella.—Y yo te amo más, Sebastián. Te amo para siempre.Ambos sonrieron y se tomaron de la mano.—Bueno, ya que estamos aquí, ¿quieres subir a la rueda de la fortuna? Ahora somos una pareja de enamorados.Isabella se rio y asintió. Sebastián la llevó y la ayudó a subir. Uno de los empleados la puso en marcha. Y mientras miraban el paisaje nocturno de Chicago, Isabella sintió curiosidad.—¿Cómo se te ocurrió esto?—Bueno, digamos que… tuve ayuda.—¿De Mateo, supongo?—No te
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CAPÍTULO 102: ABANDONA A MI MARIDO.
CAPÍTULO 102: ABANDONA A MI MARIDO.Nicholas se despertó con una sensación extraña en el estómago. Algo había cambiado, pero no sabía qué. Bajó las escaleras y se dirigió a la cocina, donde encontró a sus padres sentados a la mesa, riendo y tomados de la mano. La escena le pareció irreal, como si estuviera soñando.—¿Quiere decir que papá vivirá aquí? —preguntó Nicholas, mirando expectante a su madre.Isabella sonrió y se inclinó para acomodarle el cabello de la frente.—Sí, mi amor, desde hoy papá se quedará aquí.El rostro de Nicholas se iluminó con una gran sonrisa. Sin pensarlo dos veces, se levantó y corrió hacia su padre.—¡Sabía que lo lograrías, papá! —exclamó mientras se lanzaba a sus brazos—. Lograste hacer que mamá te perdonara.Sebastián soltó una carcajada mientras lo subía a su regazo.—Así es, campeón. Mamá me ha perdonado y desde hoy seremos nuevamente una familia.—¡Siii! —gritó Nicholas, abrazando a su padre con efusividad—. Ya tengo otra vez a mi papá y a mi mamá. S
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CAPÍTULO 103: MENTIRAS Y SUS CONSECUENCIAS.
CAPÍTULO 103: MENTIRAS Y SUS CONSECUENCIAS.Isabella se congeló allí mismo y sus ojos se abrieron llenos de consternación.—¿Qué…? ¿Que lo deje…? —balbuceó, incapaz de procesar lo que estaba escuchando.La mujer dio un paso adelante, sus lágrimas cayendo libremente.—Te lo ruego, sal de su vida.Isabella negó con la cabeza, sin comprender.—Lo siento, no sé de qué hablas. Creo que…—¿Tú eres Isabella Collins, verdad?—Sí, ¿cómo sabes mi nombre? No te conozco, no sé quién eres.La mujer se limpió las lágrimas y esbozó una sonrisa triste.—Pero yo sí. Y he tenido que vivir con tu sombra por mucho tiempo, pero ahora… —la mujer se llevó una mano al vientre, acariciándolo con ternura—. Ahora todo es diferente. Voy a tener un hijo con él y mi hijo merece una familia. Merece a sus padres juntos.Isabella no podía creer lo que escuchaba y comenzaba a pensar que la mujer se había escapado de una institución mental.—Oye, entiendo tu situación. Pero, no sé de qué hablas, ni siquiera sé quién es
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CAPÍTULO 104: LA UNICA MUJER QUE AMO.
CAPÍTULO 104: LA UNICA MUJER QUE AMO.—Nuestro matrimonio fue un acuerdo entre mi padre y Elijah —la voz de Gemma temblaba, cada palabra cargada de una tristeza profunda—. Elijah cree que yo… que yo le metí esta idea en la cabeza a mi padre. Pero no es así y cada vez que lo miro, siento como si mi corazón se rompiera un poco más.Ella sonrió y miró sus dedos que ahora se apretaban con fuerza.—Después de la ceremonia civil, en nuestra noche de bodas, él… dejó muy claro que no quería esto, que lo había hecho por un beneficio en la junta de accionistas. Y aunque mi razón me decía que pidiera el divorcio y me valorara un poco, mi corazón seguía pensando que podía conquistarlo, hacer de nuestro matrimonio algo real.Sebastián estaba hecho una furia e Isabella no tenía palabras. No podía creer que Elijah fuera capaz de algo tan cruel.—Y… ¿Cómo sabes de mí? Dijiste que…Gemma sonrió con tristeza.—Supe de ti por una fotografía, estaba entre las cosas personales de Elijah, la guarda como si
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CAPITULO 105: CRUELDAD Y CONSECUENCIAS.
CAPITULO 105: CRUELDAD.Gemma se quedó inmóvil, sus manos temblaban mientras apretaba los puños con fuerza. Sus lágrimas caían sin control, y su respiración se volvió errática, como si cada palabra de Elijah fuera una puñalada que la dejaba sin aire.Tragó con dificultad mientras su estómago se tensaba.—¡Sebastián, por favor, para! —suplicó Isabella, tratando de separarlos.Finalmente, con un esfuerzo monumental, Isabella logró interponerse entre los dos hombres.—¡Basta! —gritó con desesperación—. ¡Esto no resolverá nada!Sebastián, respirando pesadamente, miró a Isabella y luego a Elijah, su rostro lleno de ira y frustración. Elijah, con la cara ensangrentada y los ojos llenos de una mezcla de rabia y resignación, finalmente dio un paso atrás.Gemma, temblando y con lágrimas corriendo por su rostro, se acercó a Elijah.—¿Eso es realmente lo que piensas? —su voz era apenas un susurro—. ¿Qué nuestro matrimonio no significa nada?Elijah la miró, su expresión suavizándose ligeramente.
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CAPÍTULO 106: SOSPECHAS CONFIRMADAS.
CAPÍTULO 106: SOSPECHAS CONFIRMADAS.Una semana después…—Señor, tiene una llamada por la línea tres —informó Louis a Sebastián.Sebastián asintió y, antes de contestar, le pidió que se quedara. El asistente obedeció y lo miró expectante.—¿Necesita algo más, señor?—Sí, quiero preguntarte algo. Toma asiento.El secretario se sentó y presintió que iba a ser regañado. La cara de Sebastián era fría, inclinándose hacia delante lo miró fijamente.—Quiero saber por qué me mentiste, Louis.—¿Le… le mentí?—Sí, la noche que me emborraché. ¿Por qué no me dijiste que fue Isabella quien estuvo aquí? Dijiste que no vino nadie.El secretario tragó y apretó los dedos.—Señor, yo…—¿Inesa te pagó? ¿Ella te pagó para que te quedaras callado?Los ojos del secretario se abrieron asustados y Sebastián malinterpretó la situación.—¿De qué lado está tu lealtad, Louis? ¿Cuánto tiempo tienes trabajando en esta empresa?—No, señor, no es lo que piensa… —dijo rápidamente el secretario—. Si lo oculté fue porq
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CAPITULO 107: QUIERO EL DIVORCIO.
CAPITULO 107: QUIERO EL DIVORCIO.El corazón de Sebastián comenzó a latir rápido y un nudo se formó en su estómago. En su interior conocía la respuesta.―Inesa. ―dijo lentamente.―Sí, mi amor. ―Isabella confirmó del otro lado ― Mi amigo encontró la evidencia en los registros del servidor de la empresa. Resulta que Inesa utilizó una cuenta de administrador para acceder a los archivos confidenciales. Luego, subió el video a una plataforma de intercambio de archivos utilizando una dirección IP vinculada a su computadora personal en la oficina.Sebastián sintió que la ira se apoderaba de él, sus nudillos se volvieron blancos al apretar el teléfono.―Bien, dile que se reúna con nosotros en casa. Voy a necesitar todas esas pruebas ―sus ojos se tornaron fríos y determinados ―Veamos cómo responde Inesa a esto en la junta de accionistas.***Hospital privado…—Señora Davenport, sufrió una leve conmoción cerebral y también recibió un fuerte golpe en su abdomen —el médico negó con pesar—. Lo lame
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CAPÍTULO 108: CELEBRACIÓN.
CAPÍTULO 108: CELEBRACIÓN.―Isabella, ¿crees que el pastel queda bien aquí? —Coraline miró la mesa principal y esperó la respuesta de su nuera.Esa mañana, Isabella había ido temprano para ayudarle con los preparativos de la fiesta de cumpleaños del padre de Sebastián.Isabella miró un momento y negó suavemente.—No. Creo que si lo ponemos junto a la fuente de chocolate, quedaría mejor.—Tienes razón, le diré a Dorothy que lo traiga.Isabella le dio una sonrisa y continuó acomodando los globos azules. Sin embargo, Coraline tenía algo para decir; había pensado toda la mañana y había llegado el momento de hacerlo.—Isabella…—¿Sí?—Bueno, es que… no sé cómo vayas a tomarlo, pero… invité a Inesa.Isabella detuvo el movimiento de sus manos y tardó un poco en mirar a su suegra.—Sé que debes estar enojada por lo que pasó la última vez, pero ella es como de la familia y…Isabella se sintió tentada a reírse, pero recordó que Coraline no estaba al tanto de los alcances de Inesa. Sebastián hab
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CAPÍTULO 109: ENFRENTAMIENTO.
CAPÍTULO 109: ENFRENTAMIENTO.Todos los invitados comenzaron a murmurar. Coraline estaba incrédula, Rogert sin palabras, Nicholas, en negación, no podía aceptar que tendría un hermano con la mujer que tanto despreciaba. Pero Sebastián, Sebastián iba a explotar de la ira. La sangre dentro de sus venas parecía fuego líquido quemando cada célula de su cuerpo, su único deseo era rodear el cuello de Inesa y apretar hasta que ella dejara de respirar.No obstante, y para sorpresa de todos, Isabella estaba en total calma, muy extraño, siendo ella la más agraviada. Inesa acababa de echarle en cara que iba a tener un hijo, justo cuando acababa de reconciliarse. Así que se apartó de Sebastián y caminó directamente hacia ella. Cuando se detuvo, Inesa le dio una sonrisa de victoria y llena de excesiva arrogancia.—¿No estás sorprendida? Parece que Sebastián no perdió el tiempo durante su separación, Isabella. Se consoló conmigo y bueno… —una vez más, Inesa se llevó una mano al vientre—… hubo conse
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CAPÍTULO 110: HUMILLACIÓN.
CAPÍTULO 110: HUMILLACIÓN.El corazón de Inesa latía con furia dentro de su pecho y tuvo un mal presentimiento. Por otro lado, Isabella estaba decidida a terminar con todo esa misma noche. No iba a dejar que Inesa siguiera haciendo daño a sus vidas.—¿Quieren saber la verdad? Pues bien, yo les voy a mostrar la verdad —dijo, dándose la vuelta y entrando a la casa.Mientras tanto, Inesa intentó dar su última batalla. Miró a Coraline con ojos lastimeros y sollozó.—Coraline, ¿cómo puedes… cómo puedes permitir esto? Pensé que… que tú me apoyarías. Por años dijiste que yo debería casarme con Sebastián y ¡¿ahora permites esto?!Coraline negó levemente y le entregó la bebé a la niñera.—Sí, lo admito. En un principio te consideraba la esposa ideal para mi hijo, pero también fui clara y te pedí que abandonaras la idea de ser la mujer de Sebastián, cuando Isabella llegó a su vida. Aun así, no escuchaste, Inesa, así que… no hay nada que pueda hacer por ti.Inesa apretó las manos, sus uñas clavá
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