Luca estaba desesperado, fue detrás de Catalina, su corazón latía con angustia.Pronto, la llevaron a la sala de urgencias, no permitieron a Luca entrar, y èl estaba frustrado. Todo lo que quería era estar con Catalina.Las lágrimas estaban en sus ojos, su madre fue de inmediato, lo abrazó.—¡Ella va a estar bien, hijo! Sè fuerte.—¡Madre, la amo, no puedo vivir sin ella! —exclamó—. No quiero que algo malo le pase ni a ella, ni a nuestro hijo, solo quiero cuidarla, quiero amarla —dijo Luca.Su madre acunó su rostro.—¡Ella va a estar bien! Catalina es muy fuerte, y el bebé también se salvará. Ya lo verás, mi amor, confía. Luego de un rato, la doctora vino. Luca estaba muy asustado, pero la doctora parecía tranquila.—¿Cómo está mi esposa?—Ella y el bebé están bien, fue un sangrado, pero no fue algo grave. Debe estar en un reposo absoluto, al menos por un mes, y cuidar que no haya ningún sangrado.Luca asintió. Le dijeron que iba a quedarse esa noche en el hospital y le dejaron estar
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