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Luca estaba desesperado, fue detrás de Catalina, su corazón latía con angustia.Pronto, la llevaron a la sala de urgencias, no permitieron a Luca entrar, y èl estaba frustrado. Todo lo que quería era estar con Catalina.Las lágrimas estaban en sus ojos, su madre fue de inmediato, lo abrazó.—¡Ella va a estar bien, hijo! Sè fuerte.—¡Madre, la amo, no puedo vivir sin ella! —exclamó—. No quiero que algo malo le pase ni a ella, ni a nuestro hijo, solo quiero cuidarla, quiero amarla —dijo Luca.Su madre acunó su rostro.—¡Ella va a estar bien! Catalina es muy fuerte, y el bebé también se salvará. Ya lo verás, mi amor, confía. Luego de un rato, la doctora vino. Luca estaba muy asustado, pero la doctora parecía tranquila.—¿Cómo está mi esposa?—Ella y el bebé están bien, fue un sangrado, pero no fue algo grave. Debe estar en un reposo absoluto, al menos por un mes, y cuidar que no haya ningún sangrado.Luca asintió. Le dijeron que iba a quedarse esa noche en el hospital y le dejaron estar
Luca entró y miró a ese hombre, sintió como si el odio del mundo estuviera en su pecho.Apretó sus puños con furia.Lo observó atado a una silla, estaba malherido, sintió que podía matarlo, se acercò y le dio un golpe, luego otros màs, tantos hasta que el tipo escupió sangre.—¡Mírame! Mira mi rostro, juro que no me vas a olvidar ni en mil años, ni en mil vidas. Me encargaré de hacerte ver el infierno por un millón de años. Dañaste a una mujer inocente, dañaste una vida, pero ahora, vivirás para pedir la muerte.Luca lo ahorcó, y el tío le miraba con ojos ensanchados, llenos de pavor.Se puso morado. La puerta se abrió, y Diego junto a Jorge entraron. Jorge detuvo a su hijo.—¡Luca, sepúltalo! No vale la pena.Luca mirò los ojos del hombre y lo soltó.—Juro que tu vida será miserable, desearás morir.Luca salió de ahí con su padre y su tío.—Hijo, ¿Qué haces? No pierdas la cabeza.—¡Quiero que lo sentencien! No puede escapar de prisión.—No lo hará, hijo —dijo Diego—. No solo será cast
Un mes después.Mía estaba en casa, al fin, sin embargo, Arturo no dejaba de cuidarla como si fuera su pequeño bebé.—Estoy bien, Arturo.Él negó y sentado frente a ella la alimentaba con sopa caliente dándole la comida en la boca.Ella sonriò, no evitó sentirse encantada con él. ¿Cuánto había soñado con tener todo el amor de ese hombre? Bueno, ahora era realidad.Mia mirò a los ojos del hombre fijamente.—¿Te casarás conmigo otra vez, de verdad?Arturo se sorprendió con su pregunta.—¡Claro que sì! ¿Por qué lo dudas?Ella sonriò.—Solo un loco se casa con la misma mujer de la que se divorció.—Yo fui obligado, porque ese día sufrí al dejarte, sufrí horrores, y nunca quiero volver a perderte, Mia, si estuviera en un mundo sin ti, me volvería loco.Él se acercò a sus labios, ella lo besó con ternura.***Más tarde, Darina fue a visitarle.Mia estaba feliz de ver a Darina. La mujer entró a su habitación, llevaba un ramo de rosas blancas y una caja pequeña.Mia sonriò al verla, se sintió
Varios meses después.Luca estaba revisando unos documentos, cuando escuchó un grito fuerte.Él corrió hasta la planta alta, y al llegar, observó a Catalina sufriendo.—¡La bebé ya va a nacer, Luca! —dijo Catalina tocando su vientre, sintiendo un fuerte dolor. Luca estaba desesperado, tomó la maleta y todo lo que necesitaba, llevó a su esposa al auto y condujo rumbo al hospital.***Cuando Mia se enteró de que Catalina estaba en labor de parto, no dudó en ir hasta ahí junto con Arturo.—Quiero estar ahí apoyándola, Arturo, ¿Recuerdas lo que hablamos? Quiero decir, sobre la bebé, si ella se niega a cuidarla, ¿podemos hacerlo nosotros? Nunca sabes cómo va a reaccionar, Catalina ha pasado por mucho.Arturo asintió y tomó su mano; el chofer conducía.—Claro que sí, cuidaremos a la bebé juntos, haré mi mejor papel de padre y tú de madre, le daremos mucho amor, y si no como padres, lo haremos también como sus tíos.Mia sonrió, tomando su mano entre la suya.—Gracias.***Luca estaba cambián
Mia cargó a la bebé, era tan bonita, tan pequeñita. —¡Es tan bella, es un angelito, Luca!Luca sonriò.—Lo es.—¿Cómo está Catalina?—Por un instante temí de su reacción, pero, Catalina es muy buena, Mía. Catalina es una mujer fuerte, gentil y llena de amor. Adoró a su hija, y la amaremos por siempre.Mia abrazó a Luca.—¡Estoy tan feliz por esto!Estaban en los cuneros, tocaron el cristal, y miraron, sonrieron al ver a los abuelos ahí, también a los tíos.Luca cargó a la pequeña, la acercaron para mostrarla.Todos estaban tan felices al ver lo bella y sana que estaba la bebé. ***Un mes después.Cuando Catalina estaba mejor, decidieron asistir al cumpleaños de Mia, que sería en la casa del lago.Llevaron a la bebé con ellos, la aseguraron en el asiento de beber y manejaron por dos horas.—Será un buen viaje —dijo Luca.Al llegar, se encontraron con Mariza y Jorge. Estaban emocionados de ver a Perla Lucía. Los abuelos adoraban a la niña, y eso conmovía mucho a Catalina, la hacía sen
Mia se probó ese vestido, era liso, largo y elegante.Amaranta corrió a abrazarla con ternura.—¡Luces tan hermosa como la primera vez!Mia sonriò, la abrazó de vuelta.—Me siento tan feliz, sí, sé que solo los locos se casan dos veces con la misma persona, pero yo no deseo màs que eso, sé que puedo ser una loca, pero seré feliz de serlo.Habían pasado un par de meses, Helena y Catalina se probaron sus vestidos de damas, eran color lila, y eran elegantes y bellos.—Me alegro de que quieras ayudarnos en la fundación, Catalina, tenerte ahí será de gran ayuda.Catalina sonriò.—Para mí será muy especial y estoy feliz de hacerlo —dijo Catalina.Cuando Catalina volvió a casa, estaba con la niñera, cargó a la pequeña, la arrulló y amamantó. Perla Lucía cada vez crecía màs, sus ojos aún eran grises, pero todos dijeron que estaban volviéndose del mismo color de Catalina.Ella tuvo un rastro de esperanza. Perla Lucía era idéntica a ella en sus fotos de bebés, eso deseaba.Por ahora, Catalina y
—¿Qué haces aquí? Te hacía tan lejos de aquí.Darina sonriò.—Quise volver, estuve pensando, trabajando con niños en situación de calle, y luego pensaba en ti, era como si algo me hiciera falta. Tú me haces falta, Mia.Mia no podía creer en sus palabras, era como si su sueño màs profundo se volviera realidad.—Darina…—Tenìa miedo, he estado enojada, frustrada y asustada, fui una niña herida, y me quedé en un papel de víctima del que nunca pude escapar. Sé que lo que pasó no fue mi culpa, pero me aferré al odio, me aferré al dolor, no supe como liberarme. La vida está pasando, Mia, y solo soy una espectadora, no quiero ser como esta hoja que el viento lleva de un lado a otro.Mia tomó su mano entre la suya.—Darina, sabes que siempre estaré aquí…—Es tan difícil comprender como hay mundos tan diferentes, me duele, haberte alejado, tuve tanto y no tengo nada, mi corazón está vacío, y te necesito, pero, no sé si podemos traspasar esta barrera de amor.Mia tenìa ojos llorosos ante las pal
Cuando llegaron al jardín de la mansión, todo estaba listo para la boda. Los familiares estaban ahí, también amigos cercanos.Los invitados esperaban, y el juez también estaba listo para comenzar la ceremonia.Esta vez, Mia caminaría rumbo al altar, tomando la mano de su madre.Ambas tomaron sus manos y caminaron hacia el altar, mientras todos aplaudían y las observaban.Mia tenìa ojos con lágrimas, pero su sonrisa era la màs hermosa y pura.Ambas caminaron y llegaron hasta el pie del altar.Darina besó la frente de su hija, mirò sus ojos con infinito amor, que, por fin, Mia podía sentir.—Sè feliz, solo mereces ser feliz.Mia sonriò, besó sus manos, luego tomó la mano de Arturo.—Es la segunda vez que tomas mi mano, y nunca la volveré a soltar, ese es mi juramento de amor.Ambos se miraron con ojos llenos de amor. Estaban listos para volver a ser marido y mujer.La ceremonia comenzó, y el juez, pronto los declaró marido y mujer, firmaron el acta de matrimonio.—Por el poder que me da