Ese hombre me tiene toda enamorada de él. Accedí de inmediato a su petición, quiero convertirme en una adicta al sexo, pero a la vez ser una experta en cumplirle cada capricho a mi marido, así como él me lo cumple, todo tratándose dentro de lo normal en una pareja que se ama con locura.Me fui al otro extremo de la cama, quedando de piernas abiertas frente a él. Metí un dedo en mi boca y lo saboreé simulando que era su pene. Con el mismo dedo recorrí desde mis labios hasta llegar a mis pechos y rodeé cada aureola con saliva. Mientras yo lo hacía, él también se tocaba el miembro y, joder, eso me calentaba al millón.—Quiero que te masturbes usando esto. —Dijo, sacando de la gaveta un estuche que contenía un dildo, era más pequeño que su pene y yo sonreí.—Amo esa sonrisa pícara. —Expresó.Sin nunca haber usado una cosa como esa, no sabía cómo empezar, así que, improvisé recordando que en una ocasión vi un video donde una actriz lo utilizaba para su propio placer.Juro que al ingresarlo
Leer más