-Esta bien, - reconoció el Daniel cerrando los ojos para pensar con claridad. Su explicación parecía creíble..., pero no podía apartar de su mente las dudas. Estaba seguro que había algo más en su historia, no podía dejarse embaucar, estaban en juego demasiadas cosas, su prestigio, las empresas, la estabilidad de su hijo...¡Su madre! ¡Dios!… Apenas cuatro días antes le había confesado sus intenciones de optar a la alcaldía de Houston. Tener un hijo putero y corruptor de menores no era el mejor reclamo electoral. No podía confiarse, su madre no se lo merecía. Abrió los ojos para mirarla fijamente e insistió en sus indagaciones –Tú no me habías visto nunca, yo estuve dos meses alejado de la zona. Hacía tiempo que no había ido por el Menfis, por lo tanto, ¿no sabías quién era?-Era la primera vez que lo veía – Reconoció Débora-Entonces, si no me habías visto nunca, ¿como supiste quien era yo? – Insistió Danny, era vital asegurarse que el encuentro había sido fortuito, y encontró en esa
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