Ethan se fue con todas esas dudas, pero encontró su camino y a Ruth, una jovencita risueña de cabello corto que lo flechó en poco tiempo.Las niñas dijeron su primera palabra: “Papá”, para indignación de Deanna. Fue una reacción en cadena; Audrey seguía siendo apenas más pequeña que Grace, pero tenía una energía imparable, era la más curiosa, la más activa, la más inquieta.Así como Deanna se había alejado del teatro para dedicarse a tiempo completo a su hogar y su familia, Daniel espaciaba las visitas a la empresa, delegando más en Harry y algunos socios. Pasaba más tiempo en su casa, quizá trabajando desde su oficina, parecía que no quería perderse de nada. Y justamente, ese día, lo estaba haciendo con ambas niñas dentro de su corral de juegos.Era fácil, era relajante y a él le encantaba levantar la vista de todos esos balances para observarlas moverse, escucharlas balbucear y a veces conversaba con ellas, aunque no recibiera respuesta. Ambas lo oían atentas y agitaban manos y pies
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