Con piernas temblorosas, Anya se levantó y se dirigió al baño, desesperada por borrar cualquier rastro de Viktor de su cuerpo, se metió bajo el chorro de agua caliente, frotando su piel hasta dejarla enrojecida y sensible, pero ni siquiera eso podía limpiar la sensación de suciedad y humillación que la invadía.Lloró hasta quedarse sin lágrimas, sintiéndose vacía y rota por dentro, ¿Cómo había llegado a esto? ¿Cómo pudo haber sido tan ciega, tan estúpida para confiar en Viktor?Pero ya era tarde para lamentarse, ahora tenía que ser fuerte, por Yuri, tenía que hacer lo que fuera necesario para protegerlo, incluso si eso significaba sacrificar su propia felicidad y libertad.A la mañana siguiente, Anya se dirigió a casa de Alexei para dejar a Yuri como habían acordado, trató de ocultar su angustia bajo una máscara de indiferencia, pero Alexei la conocía demasiado bien.—Anya, ¿Qué ocurre? Luces... diferente —dijo con preocupación, tratando de acercarse a ella.Pero Anya retrocedió, evit
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