Anya se colocó el uniforme de criada con resignación, proveniente de una familia acomodada, jamás se había visto en la necesidad de aprender las labores domésticas, pues siempre tuvo empleadas que se encargaban de todo, Olga, la joven criada que la recibió, en lugar de burlarse puso un gesto de disgusto al verla.—Bueno, ahora que ya está vestida apropiadamente para su nuevo rol, tendrá que fregar los pisos —dijo con desprecio en su mirada.Anya no replicó, simplemente tomó un balde y un trapeador que estaban detrás de la otra chica. —Ja, ja, qué graciosa eres —se burló Olga —estos pisos son muy delicados, así que se limpian a mano, usando sólo un cepillo suave y este líquido especial, luego se secan con esta manta de algodón para evitar que se rayen o empañen.Sonya, el ama de llaves, observaba la escena en silencio, sin atreverse a interrumpir, Anya tomó el cubo con agua, el líquido y el cepillo, y se dirigió a la sala, esperando poder ver a su pequeño Yuri, poco después, estaba de
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