Chantal.Ya en su pequeña y cálida habitación, entre los brazos de Dixon, aún las palabras de él retumbaban en su cabeza junto con la deliberada acción de ella. Sí, intentó camuflar la pequeña decepción dentro de su pecho con sexo duro, intentó sobreponer el placer carnal donde supuestamente debería haber algo más, y eso la confundía de la peor manera. Sin embargo, si lo había logrado, por qué la simple acción de estar tumbados en la misma cama, la llenaba más que lo anterior. La aliviaba de otra manera muy diferente. Sentía la tibieza de su cuerpo mezclarse con la de él. Su pasiva respiración sobre sus rizos. La forma en la que la sostenía, como si no la quisiera dejar ir nunca. Todo eso, se sentía perfectamente bien, y era todo de ella, por el momento. Por una vez no se sentía sola, y se decidió disfrutarlo, sin pensar en nada más.Al día siguiente, se escurrió de la cama con la mayor sutileza. Se sentó en su escritorio y abrió el portátil. Tenía un artículo en el cual trabajar, y
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