Los hermanos de Dina pusieron el gritó en el cielo al saber que volaría a Los Ángeles con Armand, Dante pensó que de ninguna manera iba a permitir que su hermanita viajara sola con ese hombre.—Nosotros también regresaremos, tengo mucho trabajo, así que nos iremos juntos —dijo Dante, Darius sintió que le volvió el alma al cuerpo al escucharlo, quería evitar tentaciones, y Dina para él era una muy grande.—Pero hijo, casi no te vemos, y habías prometido quedarte más días.—No podré, mamá, se presentaron algunos imprevistos en el corporativo, me avisaron justo esta mañana.—Sí es así, ni hablar, hijo —dijo Dionisio —mi amor, te aseguro que te llevaré a visitarlos pronto.—¿Puedo hablar un momento contigo, padre?—Claro, hijo.Se dirigieron hacia el despacho, Dante no quería que su secretaria ni el novio de su hermana se siguieran enterando de cosas privadas de la familia.—¿Qué sucede, hijo?—Padre, debe de tener cuidado con Santori, es un hombre en el que no se puede confiar, y lo sabe
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