Narra Marina.El viaje a Detroit estuvo mucho más difícil que cualquier otro que hubiese vivido. A decir verdad, fue el primer viaje que hice sola, sin planear, solo guiándome por mi corazón; sin importar que el dolor en mi cuello estaba matándome al igual que el de mis costillas.Pero ahora me remuevo en la cama, y aquí lo veo. René está boca abajo alejado de mí, pero su mano tiene la mía entrelazada. Tengo una buena vista de su trasero, de su espalda llena de algunas espinillas que jamás había visto, pero a pesar de que esté diferente a como lo conocí, sigue causando que mi cuerpo se altere.Echo una mirada hacia abajo, mis pezones están más que despiertos, y eso se debe a que no estoy arropada, hace mucho frío, y cómo no, por la presencia del beisbolista luciendo así para mí.Muerdo mi labio sintiendo cómo mi abdomen bajo se conmueve cuando él gira su cabeza de repente, y ronca levemente. Sus labios lucen resecos, su rostro agotado, y puedo notar lo tenso que están sus hombros.No
Leer más