Mamá murió. Lo ha dicho Zaideth. Los gritos de Stela lo corroboraron.No llegaré a tiempo, no podré hacerlo. No me despedí de mi madre, no lo hice.—Ya te lo dije una y otra, y otra vez —recuerdo las palabras de mi madre—, no me gusta, no me gusta para nada, Walter. Sé que eres mucho más que un uniforme y armas. Además, estás todo el tiempo por allá y…—Ay, mamá, no molestes, por favor —pedí y me despedí con un beso en su frente.Eso fue lo último que hablé con mi madre. Si hubiera sabido que esa sería nuestra última conversación, la habría dejado terminar, la había escuchado y… la habría abrazado antes de partir.Ayer velaron a mi madre, hoy es el entierro y yo… Yo apenas alcancé a llegar hoy, cuando tuve que haber venido mucho antes, cuando Stela pasó por todo ese sufrimiento. Tuve que venir apenas Zaideth me dio la noticia.Aprieto con fuerza el bolso que agarro con mi mano derecha y camino con mucha más rapidez por el aeropuerto Simón Bolívar.Veo al fondo de la gran sala que Zaid
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