Una vez abandonas las tierras del reino nos adentramos en el temido bosque de Trentus, portador de árboles preciosos que nadie se atreve a visitar y lleno de animales salvajes que alimentaba cada fabula de este misterioso lugar. La vista era hermosa pero por alguna extraña razón todo aquel que se adentraba en estas tierras jamás volvía a ser visto.Las leyendas corrían de boca en boca por todo el reino, susurros contados por generaciones sobre mágicos arboles curativos, hombres tan hermosos que te envenenan el alma con solo mirarte, animales que podían hablarte; pero nada de eso era suficiente para que alguien se adentrara a él, porque nadie era capaz de explicar aquellos desgarradores gritos, suplicas susurrantes o los lamentos contantes que aparecían a media noche.Las historias comenzaban igual, pero ningún final era bueno para sus protagonistas. Aquellos rumores cuchicheados por cada habitante del reino únicamente coincidían que las almas de los desdichados o muy valientes que ent
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