Los puños de Alexis estaban cerrados tan fuerte que sus nudillos palidecían, una señal clara de la tormenta interna que se cernía sobre ellos.—No vamos a actuar en caliente —contestó Alexis, aunque sus ojos no abandonaban la fotografía en la pantalla—. Cualquier paso, en falso, podríamos arruinarlo todo. Necesitamos un plan, además, hay mejores maneras de hacer pagar a un hombre, por ejemplo quitándole su dinero, pero lo primero es que Tanya salga del peligro.Todos se quedaron en silencio, el ambiente era tenso por la furia contenida de los hombres. No tardaron mucho tiempo en llegar al hospital, donde habían bajado a Tanya y a la pequeña.Justo cuando llegaron, el celular de Levi comenzó a repicar, al mirar la pantalla, era Taylor, su esposa, respiró profundo tratando de calmarse.—Mi amor ¿Cómo estás? —saludó tratando de simular la angustia en su voz, sin embargo, segundos después la sorpresa no se hizo esperar.“Estoy en Roma ¿Dónde estás? ¿Han encontrado a mi hija?” Ante las pr
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