Todos los capítulos de Reencarné en un mundo de hombres lobo BL: Capítulo 41 - Capítulo 44
44 chapters
Capítulo 41: Rechazo
―Voy al baño― dije luego de charlar un poco con el resto de los chicos. Caminé hacia la parte trasera del espacio para acampar. Había varios baños públicos por lo que no me molestaba. Ademá esperaba poder encontrar un momento de paz para ordenar mis pensamientos. Sin embargo, antes de que pudiera llegar, sentí una mano agarrar suavemente mi brazo.Me volví y, para mi sorpresa, me encontré cara a cara con Lucian. Sus ojos azules brillaban con una intensidad que me dejó sin aliento.―¿Qué quieres?-- pregunté, tratando de sonar más segura de lo que me sentía.―Hablar contigo― dijo él, sin rodeos. ―A solas.El tono de su voz y la forma en que me miraba me hicieron sentir un escalofrío. No pude evitar preguntarme si esto era parte del juego que ambos parecíamos estar jugando, o si había algo más detrás de su seriedad.―Está bien― accedí, sintiendo un torbellino de emociones en mi interior.Lucian me guio hacia detrás de los baños, cerca de dónde estaba los grifos y la pileta Una vez alejad
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Capítulo 42: Pesadilla
Unas horas más tarde me encontraba en mi tienda junto a Thara y Sara. Ambas parecían llevarse bien, pero mientras ellas conversaban yo parecía reacia. Pasó el tiempo y ellas se quedaron dormidas. La envidié por ello. Yo no podía dormir. Mis pensamientos regresaban a la confesión de Lucian. ¿Cómo era posible que él admitiera sentir algo por mí? ¿No se suponía que caería por Aldrec? ¿Y qué hay de Sara?Todo era una confusión. Así que decidí salir de la tienda. Una vez fuera caminé hacia el lago sosteniendo una linterna. Después de todo yo no tenía la vista de los lobos. Eso era algo muy diferente. Una vez llegué a la orilla tomé asiento. La luna brillaba, no era luna llena, era cuarto menguante, pero aun así era hermosa.Pensé en muchas cosas durante el tiempo que estuve ahí cuando escuché una voz a la lejanía. Sentí mis vellos erizarse, pero de alguna forma aquello era magnético. De pronto estaba parada y comencé a caminar hasta adentrarme al bosque, no sé cuánto pasó per vi a una chic
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Capítulo 43: Ecos del pasado
Estaba en mi habitación, contemplando el techo mientras repasaba una y otra vez lo ocurrido en aquel viaje. Las imágenes seguían danzando en mi mente: momentos vívidos, emociones intensas, fragmentos de memorias que no parecían mías pero que sentía profundamente. Aquella criatura, el miedo latente, y luego... Lucian. Me había costado confesar lo que sentía por él, y aunque ahora, semanas después, todo se sentía aún más confuso, no podía dejar de pensar en que algo había cambiado. Quizás no sólo en él, sino también en mí.Habían pasado ya dos meses desde ese viaje, y aunque el silencio que le siguió había sido un alivio momentáneo, ahora resultaba inquietante. Lucian no había hecho acto de presencia en todo este tiempo, y a veces me preguntaba si de verdad había sido todo un sueño extraño. Pero las heridas en el brazo y los recuerdos me aseguraban que, por desgracia, aquello fue real. Las vacaciones estaban por acabarse y en pocos días volvería a la universidad. En mi mente, sin embarg
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Capítulo 44: Ataque en silencio
De vuelta en la universidad, no podía evitar sentirme un poco fuera de lugar. La venda en mi brazo, recordatorio constante de lo ocurrido en la librería, atraía demasiadas miradas curiosas, aunque hacía mi mejor esfuerzo por ignorarlas. Afortunadamente, mis amigos no tardaron en encontrarse conmigo. Thara fue la primera en notar mi brazo y, tras un vistazo rápido de arriba a abajo, soltó un suspiro exagerado.―¿Otro accidente, Esther? Ya llevas una colección este año, ¿no? ―comentó con una sonrisa burlona, aunque sus ojos delataban algo de preocupación.―Vamos, apenas fue un tropiezo,― intenté decir, restando importancia al asunto.―Sí, claro, ― añadió Mathew en tono sarcástico. ―Seguro que también fue un ‘tropiezo’ la vez que te caíste por las escaleras y te torciste el tobillo, o cuando casi te aplasta esa estantería en la biblioteca.-- Su expresión, aunque en broma, escondía una pizca de verdad que no pude negar.―Lo mío es el talento natural para meterme en problemas,― respondí, i
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