Estaba en mi habitación, contemplando el techo mientras repasaba una y otra vez lo ocurrido en aquel viaje. Las imágenes seguían danzando en mi mente: momentos vívidos, emociones intensas, fragmentos de memorias que no parecían mías pero que sentía profundamente. Aquella criatura, el miedo latente, y luego... Lucian. Me había costado confesar lo que sentía por él, y aunque ahora, semanas después, todo se sentía aún más confuso, no podía dejar de pensar en que algo había cambiado. Quizás no sólo en él, sino también en mí.Habían pasado ya dos meses desde ese viaje, y aunque el silencio que le siguió había sido un alivio momentáneo, ahora resultaba inquietante. Lucian no había hecho acto de presencia en todo este tiempo, y a veces me preguntaba si de verdad había sido todo un sueño extraño. Pero las heridas en el brazo y los recuerdos me aseguraban que, por desgracia, aquello fue real. Las vacaciones estaban por acabarse y en pocos días volvería a la universidad. En mi mente, sin embarg
De vuelta en la universidad, no podía evitar sentirme un poco fuera de lugar. La venda en mi brazo, recordatorio constante de lo ocurrido en la librería, atraía demasiadas miradas curiosas, aunque hacía mi mejor esfuerzo por ignorarlas. Afortunadamente, mis amigos no tardaron en encontrarse conmigo. Thara fue la primera en notar mi brazo y, tras un vistazo rápido de arriba a abajo, soltó un suspiro exagerado.―¿Otro accidente, Esther? Ya llevas una colección este año, ¿no? ―comentó con una sonrisa burlona, aunque sus ojos delataban algo de preocupación.―Vamos, apenas fue un tropiezo,― intenté decir, restando importancia al asunto.―Sí, claro, ― añadió Mathew en tono sarcástico. ―Seguro que también fue un ‘tropiezo’ la vez que te caíste por las escaleras y te torciste el tobillo, o cuando casi te aplasta esa estantería en la biblioteca.-- Su expresión, aunque en broma, escondía una pizca de verdad que no pude negar.―Lo mío es el talento natural para meterme en problemas,― respondí, i
Honestamente, no recuerdo mucho mi vida anterior. Sé que era una universitaria en finanzas que se mataba estudiando, creo que alcancé los veintidós años de edad antes de que el exceso de bebidas energizantes acabara con mi vida. Bueno, solía vivir bajo estrés y tomaba muchas pastillas. Alguna de esas dos cosas terminó acabando con mi vida claramente.Como sea, ahora ya no vivía en ese mundo, ahora me encontraba atrapada en el mundo de un libro donde mi nombre es Esther McHill, la prima adoptiva de Aldrec, el protagonista de una novela BL que había leído en mis últimos meses de vida, Classic Wolf. Se trata de una historia de enemigos a amantes muy básica, pero interesante. Un joven magnate, Aldrec McHill, alfa de su manada que vive en constante rivalidad con la familia Thorne, la cual fue la responsable de la muerte del tatarabuelo de los McHill y Lucian, un joven heredero a Alfa y miembro de la familia rival. Ambas familias se han odiado por más de cien años por lo que siempre han sid
En cuánto sucedió aquello, pronto los guardaespaldas entraron al baño para ayudarme a ponerme de pie. Mis oídos se apagaron por un momento mientras intentaba pensar qué había hecho mal. Aldrec había enviado a sus hombres para revisar el auto. ¿Y si habían muerto? Había cambiado algo, pero ¿acaso se cobró más vidas de lo que se mencionaba en la historia original?Me encontraba siendo arrastrada por el pasillo mientras la gente salía debido al pánico. No comprendía la situación, aun así, avancé entre el gentío cuando una mirada pesada cayó en mí. Al girarme me encontré con unos ojos azules profundos como el mar que me dejaron helada. A pesar de que llevaba una peluca sobre su bella cabellera gris, supe que Lucian había sido el culpable de todo.Cuando su mirada se cruzó con la mía, sentí escalofríos recordando esa misma mirada que me asfixiaba hasta la muerte.―¡Esther! ―La voz de Aldrec me regresó a la realidad. Él me miraba con el ceño fruncido y, a lo mejor me lo imaginaba, pero pude
Estaba en problemas. Lucian sonreía como todo un desquiciado, tenía la misma sonrisa que me había mostrado cuando me asesinó. Sin embargo, era obvio que él no recordaba nada de eso. Mi cuerpo temblaba inconscientemente. Esto no tenía que haber pasado. ¿Cómo no me di cuenta que el loco me seguía? Pero ¿por qupe?Se suponía que el entraría de incógnito por este lado para luego ser capturado por mí. No era al revés. ¿De que iba todo esto? Destino, solo te pido sobrevivir. ¿Por qué me haces esto?―¿Cómo me encontraste?―Es fácil sentir tu dulce aroma pequeña McHill. ―Di un paso atrás topándome con la puerta. Mi mano cayó sobre el picaporte. Tenía que huir, debía abrir esa puerta y que mi primo viera a Lucian y así podrían enamorarse. Esa era mi única opción.―¿Mi aroma? ¿De qué hablas? ―Sonrió levemente mientras pasaba su mano sobre mi rostro, pronto tomó mis mejillas con algo de fuerza.―Eso no importa. Te he estado siguiendo pequeña McHill. ¿Cómo te atreviste a interrumpir mis planes? ¿
Mi corazón latía con fuerza mientras intentaba comprender mi situación. Había besado a Lucian, por mi propia voluntad.Definitivamente mi sentido de supervivencia me atacó feo.Ahora me encontraba abrazada a mí misma sola, luego de que Lucian me dejara ahí en el cuarto después de que lo alejara violentamente. Suspiré desesperada. Esto era incómodo y quería salir de ahí cuanto antes, pero claramente eso no era posible.―Voy a volverme loca. ―Sacudí mi cabello mientras me recostaba de lado sobre la cama. ¿Cómo diablos iba a salir de aquí? ¿Cómo diablos haría que Lucian se enamorara de Aldrec? Y si Aldrec no me rescataba, cosa que era más que segura, cómo podía escapar. ¿En serio moriría de nuevo a manos de Lucian?―¿Qué haces? ―La grave voz de Lucian me asustó. No sentí en qué momento entró a la habitación. Apoyé mis manos sobre la cama mientras levantaba la mitad de mi cuerpo y giraba mi cabeza para verlo. Mi cabello caía sobre mi cara por lo que me sentí más avergonzada, pero era mejo
Mientras observaba la luna llena de mi habitación parpadeé varias veces. De seguro Lucian y Aldrec ya se habían convertido en lobos. Era increíble que en esta realidad, habían hombres lobos rondando por las calles de la ciudad. Lo más sorprendente era que en mi primera vez en este mundo no tuve la oportunidad de ver uno ya que morí en menos de un mes.Además, estaba segura que Aldrec ya sabía dónde estaba, después de todo, el olfato de un lobo era mil veces mejor que el de un lobo. Y considerando la situación, Aldrec no vendría a mi rescate. Estaba acabada.―Esto es una pesadilla. ―Me quejé. Al regresar la vista a la cama, noté una sombra negra que se movió hacia la puerta. Corrí a encender la luz y tal como esperaba, no había nada ni nadie ahí.―Este encierro me está volviendo loca. ―Fue lo que pensé en ese momento. Al acercarme a la puerta de salida, noté que estaba encerrada. Me tiré al suelo para observar debajo de la puerta si había alguien, por lo visto no lo había. Corrí a la m
El fuego consumía el oxígeno en el aire. Sentía queme ahogaba, pero por alguna razón, sentía que Lucian estaba ahí. Había muebles de madera sobre el suelo y la verdad, no creía aguantar mucho. Iba a darme la vuelta cuando alcancé a ver una cabellera grisácea en el suelo. Corrí hacia la esquina encontrando a Lucian inconsciente. Tenía un golpe sobre su frente y evidentemente, no podría moverse.No tenía tiempo para llamar a alguien, así que hice lo posible para cargarlo conmigo. Lo levanté con dificultad coloqué su brazo sobre mis hombros. SI que pesaba, aún así debíamos vivir. No tenía planeado que mi muerte fuera ahí, quemada por un incendio. Me llevé a Lucian fuer de ahí, sentía mis músculos arder debido a la fuerza extra que estaba dando. Comenzaba a ver borroso debido a la contaminación en el aire, pero debía resistir. No podíamos morir ahí.Fue entonces cuando vislumbré el lobby. Alcancé a ver a Demian y al salir él me sonrió. Se acercó para ayudarme cuando un ruido extraño sobr