Cuando se abrió la puerta, le tomó a Henry unos segundos en reconocer que se trataba de su protegida. Estaba distinta, no se parecía en nada a la mujer desprotegida, tímida y nerviosa que creía conocer, y aparte de eso, podía reconocer que se veía increíblemente hermosa, tanto así que se distrajo un rato admirándola. Tuvo que reaccionar cuando vio que Félix la invadía, no podía permitir que se acercara a ella. Se puso de pie inmediatamente y la apartó de él de la mejor manera que pudo, no podían provocar ningún tipo de alboroto en medio de aquella sala donde no solo se encontraban los dirigentes sino también cámaras, por ahora iba a conformarse con su expresión al verle tomarla de la cintura, estaba ansioso por verle la cara al enterarse de que estaban casados.La ofreció asiento junto a él, una vez se sentó, él hizo lo mismo. Todas las miradas estaban sobre ellos expectantes.―Seguramente algunos aquí la hayan visto y la conozcan. Damas y caballeros, les presento a la señora Emma Hal
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