La sala del trono estaba repleta de figuras importantes, un mar de expectativas e intrigas que flotaban en el aire como una cortina densa. Phoenix observaba al Rey Ulrich en lo alto del trono, una figura imponente y envuelta en su propio poder, mientras que a su lado, Naomi también observaba la escena con interés. "Cuántas personas aquí", comentó Phoenix, mirando a su alrededor, perpleja por la multitud que llenaba la sala. Naomi asintió, compartiendo un destello de sabiduría. "Son los más importantes", explicó ella, "los ancianos, los nobles, los sirvientes, la guardia... incluso algunos campesinos que vinieron a la corte, y, por supuesto, las concubinas." Phoenix abrió los ojos ante la descripción, sorprendida por la magnitud de la reunión. "Solo los más relevantes son casi el doble del pueblo de donde vengo", murmuró ella, impresionada. Naomi sonrió, tratando de calmar a la joven. "No te preocupes", dijo ella con calma, "cuando te conviertas en reina, manejarás todo el reino"
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