Ulrich salió del cuarto de Phoenix con pasos pesados, el sonido de sus botas resonando por los pasillos. La frustración que sentía era palpable; cada fibra de su ser estaba tensa, y la conversación que acababa de tener con Phoenix pesaba en su mente como una piedra. Se había preparado para un enfrentamiento, pero no esperaba ser rechazado de forma tan fría e implacable.En cuanto giró en la esquina del pasillo, sintió la presencia de Mastiff en su mente, siempre vigilante, siempre atento a los sentimientos de su dueño. El lobo alfa, generalmente tan seguro de sus acciones, ahora estaba claramente desconcertado."Te juro, Ulrich, pensé que la comida haría que Phoenix nos escuchara. Ella siempre ha sido del tipo que no puede resistirse a comer," dijo Mastiff, la voz mental del lobo cargada de incomodidad.Ulrich soltó un profundo suspiro, dejando escapar la frustración junto con el aire."Ahora sabemos que no funciona," respondió, su voz firme, pero teñida de decepción. "¿Tienes otra id
Leer más