Alice furiosa, salió del ascensor con paso apresurado, estaba tan sumida en su ira que no vio por donde iba y sin darse cuenta, chocó contra algo duro y lo próximo que vio fue como un hombre alto, trigueño, con cabello negro, pestañas largas, cejas pobladas, facciones perfectas y ojos grises y dorados, la tomó con brusquedad para evitar que esta se cayera mientras que el vaso de café caliente que este guapo y enorme desconocido había tirado sobre ambos.—¡Ah, esto quema! —Chilló Alice mientras sacudía su ropa en un fallido intento por limpiarse.—Lo siento mucho, no quise…—No, no, no. Descuide, no fue su culpa, es mía por no mirar hacia donde voy. No sabe cuánto lo siento— Farfulló la castaña avergonzada.—Acompáñame, te ayudaré a limpiarte— Dijo el hombre esbozando una amplia sonrisa.Luego, el apuesto hombre sujetó la mano de Alice y se la llevó hacia una de las oficinas cercanas.—Sé que tengo por aquí algunos pañuelos de papel, seguro eso servirá— Declaró el hombre mientras revis
Leer más