Todo quedó en absoluto silencio, un silencio seco y sepulcral, tanto que Alice casi pudo escuchar el golpe de la mandíbula de Dalton, él estaba pasmado por el anuncio de Catherine, había esperado tanto esta sociedad que ya dudaba de conseguirla y ahora que lo había logrado, no podía creerlo.Poco después, Edward totalmente estupefacto por la acción de su esposa sin su consentimiento, reaccionó y les ordenó a los músicos de la banda que volvieran a tocar para cortar la tensión. En ese momento, Alice corrió emocionada hacia Dalton y lo abrazó con fuerza y este de inmediato le respondió con la misma emoción.—Te lo agradezco mucho, prometo recompensártelo. Te daré el dinero que necesites para continuar con el tratamiento de tu madre— Susurró el ojiverde al oído de Alice.—¡Ni hablar, no lo puedo aceptar! —Farfulló ella de inmediato, mientras negaba con la cabeza.—Pero…—No señor, no puedo aceptarlo. Lo único que le pido es que hable con su hermana. Antes de venir aquí ella fue la única
Dalton pareció no notar lo sucedido y terminó de ducharse plácidamente y luego cerró la llave de la ducha. Alice en ese momento no supo que más hacer, más que saltar a la cama y enterrar su cara debajo de la colcha.—Ahora sin duda me van a despedir— Susurró mientras que en su mente se repetía la escena que acababa de ver.Dalton se dio la vuelta para salir de la ducha descubrió que el cristal inteligente se había vuelto translúcido y podía ver todo a través de él y viceversa, rápidamente tomó una de las batas que estaba colgada junto a la ducha, se la colocó rápidamente y salió del baño.—Sé que está despierta, señorita Davis— Afirmó en tono severo.—No. No lo estoy— Respondió ella con nerviosismo.—Claro… y ahora dirás que eres sonámbula— Farfulló él con sorna mientras tomaba la colcha y la lanzaba al suelo de un tirón.¨ M****a pensó la castaña mientras apretaba los ojos con fuerza suplicándole al planeta que se la tragase. Dalton rodeó la cama y se puso de cuclillas frente a la jo
El camino hacia el hospital había sido particularmente silencioso entre Dalton y Alice, ninguno se decía nada, ambos estaban sumidos en sus pensamientos, sin saber que el otro pensaba exactamente lo mismo ¨ Necesito más.Al llegar al hospital, ambos entraron con paso apresurado y se encontraron con Andrés, se veía bastante preocupado.—Señor, su hermana está consciente, me pidió que no lo llamara, pero debía hacerlo…—¿Dónde está? —Inquirió Dalton preocupado.—En la habitación al final del pasillo, le están haciendo revisiones para ver que esté bien, el doctor dijo que no podemos entrar aún — Respondió Andrés rápidamente.—¡Maldición Mía! ¿Por qué siempre me haces estas cosas? —Farfulló Dalton mientras se llevaba ambas manos a la cabeza y comenzaba a caminar en círculos por el lugar.Alice se acercó a Dalton con intenciones de consolarlo, pero se detuvo en seco cuando vio a Jennifer apareciendo en el lugar con una falsa expresión de preocupación dibujada en su rostro.—¡Dalton, cariño
Alice corrió hacia la que había sido su habitación en la mansión y comenzó a empacar, absorta por la impotencia y ciega por la vergüenza, comenzó a empacar todas sus pertenencias, sin dejar nada olvidado. Al cabo de media hora, la castaña había empacado todas sus cosas, con excepción del vestido, zapatos y accesorios que había pagado Dalton para que ella usara en el evento de la noche anterior, ella no quería tener nada que viniera de él; ni siquiera quería volver a verlo, simplemente quería salir corriendo y no mirar atrás.Con decisión, tomó su maleta y salió de la habitación, atravesó el pasillo, bajó las escaleras, atravesó el recibidor y finalmente salió de la mansión. Al salir se encontró con Andrés quien estaba por entrar a la casa.—¿Señorita Davis, se encuentra bien? —Indagó al ver que ella estaba hinchada de llorar.—Sí, no te preocupes. Estoy mejor que nunca— Respondió de mala gana a pesar de que el chico no tuviera la culpa de nada.—¿Y esa maleta? ¿Va a algún lado, quiere
Alice furiosa, salió del ascensor con paso apresurado, estaba tan sumida en su ira que no vio por donde iba y sin darse cuenta, chocó contra algo duro y lo próximo que vio fue como un hombre alto, trigueño, con cabello negro, pestañas largas, cejas pobladas, facciones perfectas y ojos grises y dorados, la tomó con brusquedad para evitar que esta se cayera mientras que el vaso de café caliente que este guapo y enorme desconocido había tirado sobre ambos.—¡Ah, esto quema! —Chilló Alice mientras sacudía su ropa en un fallido intento por limpiarse.—Lo siento mucho, no quise…—No, no, no. Descuide, no fue su culpa, es mía por no mirar hacia donde voy. No sabe cuánto lo siento— Farfulló la castaña avergonzada.—Acompáñame, te ayudaré a limpiarte— Dijo el hombre esbozando una amplia sonrisa.Luego, el apuesto hombre sujetó la mano de Alice y se la llevó hacia una de las oficinas cercanas.—Sé que tengo por aquí algunos pañuelos de papel, seguro eso servirá— Declaró el hombre mientras revis
No había más que acotar en esa reunión, ya todo estaba hablado. Alice se encargaría de los diseños y Dalton no podría impedírselo.La sala de conferencias ya estaba casi vacía, con excepción de Dalton, Malek y Alice que se habían quedado de últimos para evitar las aglomeraciones; cuando ya todos habían salido, los tres se dirigieron a la puerta, primero Salió Malek, y Alice intentó seguirlo, pero en ese momento, Dalton la tomó del brazo y la haló hacia su cuerpo, quedando frente a frente.—¿Por qué me haces todo esto? —Preguntó el ojiverde en un susurro.—Yo no te estoy haciendo nada, esto te lo hiciste tú mismo. Ahora es momento de que entiendas que el mundo no gira en torno a ti— farfulló la castaña a media voz, luego de zafarse de su agarre.—¿Está todo bien aquí? —Preguntó Malek con recelo al haberse regresado y encontrado con esta escena.—Sí, todo está bien— Afirmó Alice forzando una sonrisa.—Pues… es hora de irnos, ¿Vale? —Dijo Malek esbozando una amplia sonrisa.Dalton no ent
Cuando el sol comenzaba a ponerse, Alice y Malek volvieron a la compañía luego de haberse cambiado y llevar a cabo todos y cada uno de los pendientes que tenían por hacer. Subieron al último piso de la compañía y se sorprendieron de que toda el área estaba sumida en un silencio sepulcral, todos estaban tan callados que incluso daba miedo estar allí.Alice y su jefe se miraron cómplices, en efecto, confundidos por el ambiente tan tenso y luego se dirigieron hacia la oficina de Malek para hacer una lluvia de ideas acerca del proyecto.—Se me ocurrió una idea— Informó Malek a medio camino.—¿Ujum? —Indagó la castaña con un ligero gemido, mientras enarcaba una ceja con curiosidad.—Pues, resulta que yo soy un hombre innovador y nunca ha sido mi fuerte el trabajar de la manera tradicional, así que, ¿Por qué no me dejas invitarte a cenar esta noche y allí hablaremos acerca del proyecto? — Sugirió Malek emocionado.—No lo sé, no me parece correcto, usted es mi jefe y no quisiera pasar por es
7:30 AM.Cuando Dalton y Alice terminaron de desayunar, ambos salieron de inmediato hacia la compañía, suerte que Mia le había dado algo de ropa a Alice para usar y así no tendría que volver a casa y perder más tiempo. Cabe destacar que no es como que Mia despertó siendo amable y le obsequió un atuendo completo a la castaña, sus palabras fueron “Siempre es un placer para mí donarle mi ropa de las temporadas pasadas a los desamparados”. Y la mejor parte es que lo dijo con su característica voz chillona de “No mato ni a una mosca”, pero tenía sin cuidado a Alice, ya que estar a la vanguardia nunca había sido de su interés.—Una vez más, te debo una disculpa por lo de anoche— Musitó Dalton sin apartar la vista del camino.—No es necesario, ya me quedó claro que no sabes disculparte— Respondió la joven con sorna.—Te pido que me tengas un poco de paciencia, nunca antes había tenido que disculparme con nadie…—¡Déjame adivinar! — Farfulló Alice fingiendo euforia —Y lo próximo que dirás ser