47. Deseo corrompido entre enemigos a muerte
Giancarlo no está muy lejos. Llegar a él le toma menos de un segundo y por supuesto que se encuentra totalmente nerviosa, más allá de sentirse extraña, nerviosa. Giancarlo emana lo que ella no conoce de éste mundo. No es tonta, por supuesto, pero conocer esto en un hombre como él se siente como un sueño. Pero es la realidad ahora cuando Angelina hace lo que él le ha pedido, y de rodillas vuelve a estar frente a él, mirándolo a los ojos, con una curiosidad que se mezcla con infinitas nuevas sensaciones: deseo y excitación por lo desconocido. Giancarlo es quien tiene el poder ahora en ella y Angelina, por muy temerosa que se sienta, le agrada ésta sensación. Siente los primeros dedos de su esposo en su mejilla, y luego rozando en sus labios, acariciándolos. —Desde que entraste por esa puerta, desde ésta mañana he estado pensando en cómo podrías volver a tenerme dentro de tu boca —todo el deseo se dispara cuando Angelina lo oye, y coloca sus dos manos en su muslo, sabiendo con exa
Leer más