MollyEl cirujano me observa con atención esperando mi respuesta. Tohbías merece vivir, yo daría mi jodida vida por la suya si fuese preciso.—No importa doctor, proceda con la cirugía —digo y siento lágrimas caer en mis ojos.—Está bien señora, disculpe —habla y veo que sale de la habitación.Veo a mi esposo en esa cama y todo mi ser se quiebra en pedazos. Algo dentro de mí comprime mi pecho, no soportaría ver a un Tohbías indiferente a mí, no soportaría su rechazo.Paso la noche con él en la habitación del hospital, llorando casi todo el tiempo. Meditando y pensando lo que haré, que camino elegiré.Tengo miedo, me aterra que mi Tohbías cuando abra los ojos me mire a los ojos con esa mirada helada que tenía cuando lo conocí, lo nuestro sucedió tan rápido y al parecer mucho más rápido va a terminar.Pero saber también que siempre fue su deseo, tener un hijo conmigo, él que se había rendido y que haya aceptado el tratamiento y operación debido a la familia que formaríamos, me desgarra,
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